I. La fundación según la leyenda
Según la tradición romana, Rómulo (771 a. C. - 717 a. C.) y su hermano gemelo Remo (771 a. C.- 753 a. C.) fueron los fundadores de Roma y del Senado romano. Se cree que el origen de la ciudad a finales del siglo VII a. C.
Primera parte:
Numitor era el rey de una ciudad de Lacio llamada Alba Longa. Fue destronado por su hermano Amulio, quien lo expulsó de la ciudad y procedió a matar a todos sus hijos varones excepto a su única hija Rea Silvia. Como no quería que Rea Silvia tuviera hijos, la obligó a dedicarse al culto de Vesta, asegurándose de esta forma de que iba a permanecer virgen.
Rea Silvia se encontraba durmiendo a la orilla de un río y el dios Marte se quedó prendado de ella, la poseyó y la dejó embarazada. Como resultado tuvo dos gemelos a los que llamó Rómulo y Remo. Antes de que el rey Amulio se enterara del suceso, colocó a sus hijos en una cesta en el río Tíber para que no sufrieran el mismo destino que sus tíos. La cesta embarrancó y los pequeños fueron amamantados por una loba, Luperca, y más tarde recogidos por el pastor Fáustulo y cuidados por su mujer, Aca Larentia. Se decía que habían sido educados en Gabio, localidad del Lacio; más tarde estos decidieron fundar Roma.
- Primera parte
- Segunda parte
- Muerte
- Monarquía electiva
- República romana
- Imperio romano
- Caída del imperio
- La ciudad
- Ciudades dependientes de Roma
- El rey
- El senado
- Divisiones de la población romana
- Los comicios
- Ciudadanos plenos, honorarios y clientes
- El ejército
- Instrucción y entrenamiento
- Efectivos
- Clases sociales
- En la monarquía
- En la república
- En el principado
- En el dominado
- La constitución de servio Tulio y las nuevas divisiones de la población
- Las tribus
- El censo
- La justicia
- La propiedad y los contratos
- Cultura
- Situación de la mujer
- Homosexualidad en la antigua Roma
- Provincias romanas
- Pintura de la Antigua Roma
- Escultura de la Antigua Roma
- Arquitectura de la Antigua Roma
- Esquema de las artes en la Antigua Roma
- Pintura
- Tipos de decoración pictórica
- Escultura
- Mosaico
- Opus signinum
- Opus sectile
- Opus tessellatum
- Opus vermiculatum
- Arquitectura
I. Fundación según la leyenda
- Los puentes
- Los acueductos
- La ciudad romana y urbanística
- Los faros
- Los foros
- Los templos
- Los teatros
- Los anfiteatros
- Los circos
- Las termas
- Palacio de Maximiano Hercúleo
- Los arcos
- Villa rural romana
- Yacimientos
- Otras construcciones romanas
- Anexos: Teatros romanos
Según la tradición romana, Rómulo (771 a. C. - 717 a. C.) y su hermano gemelo Remo (771 a. C.- 753 a. C.) fueron los fundadores de Roma y del Senado romano. Se cree que el origen de la ciudad a finales del siglo VII a. C.
Primera parte:
Numitor era el rey de una ciudad de Lacio llamada Alba Longa. Fue destronado por su hermano Amulio, quien lo expulsó de la ciudad y procedió a matar a todos sus hijos varones excepto a su única hija Rea Silvia. Como no quería que Rea Silvia tuviera hijos, la obligó a dedicarse al culto de Vesta, asegurándose de esta forma de que iba a permanecer virgen.
Rea Silvia se encontraba durmiendo a la orilla de un río y el dios Marte se quedó prendado de ella, la poseyó y la dejó embarazada. Como resultado tuvo dos gemelos a los que llamó Rómulo y Remo. Antes de que el rey Amulio se enterara del suceso, colocó a sus hijos en una cesta en el río Tíber para que no sufrieran el mismo destino que sus tíos. La cesta embarrancó y los pequeños fueron amamantados por una loba, Luperca, y más tarde recogidos por el pastor Fáustulo y cuidados por su mujer, Aca Larentia. Se decía que habían sido educados en Gabio, localidad del Lacio; más tarde estos decidieron fundar Roma.
Segunda parte:
Cuando crecieron, descubrieron su origen, por lo que regresaron a Alba Longa, mataron a Amulio y repusieron a su abuelo Numitor en el trono. Éste les entregó territorios al noroeste del Lacio. En 753 a. C. los dos hermanos decidieron fundar una ciudad en ese territorio en una llanura del río Tíber, según el rito etrusco, en el preciso lugar en donde embarrancó la cesta. Delimitaron el recinto de la ciudad (pomoerium) con un arado que sería la supuesta Roma quadrata del Palatino. Rómulo juró matar a todo aquel que traspasara los límites sin permiso.
Discutiendo sobre el nombre de la ciudad decidieron que lo elegiría aquel que avistase más pájaros, prueba que superó Rómulo y otorgó a la ciudad el nombre de Roma (muy similar a su nombre y en parte basado en la heroína Roma). Remo, enojado, discutió con Rómulo y borró el surco de los límites de la futura ciudad. Cumpliendo el juramento, Rómulo lo mató.
La ciudad fue levantada en el pomoerium palatino, y Rómulo quedó como único soberano. Creó el senado, compuesto por cien miembros (patres) cuyos descendientes fueron llamados patricios y dividió la población en 30 curias. Para poblar la ciudad, Rómulo aceptó todo tipo de gente (asylum): refugiados, libertos, esclavos, prófugos, etc.
Muerte:
Rómulo murió en 717 a. C. Existen varias versiones de su muerte, ya arrebatado por los cielos en medio de una tempestad provocada por su padre Marte o bien asesinado por unos senadores discrepantes, pero los romanos relataron este hecho como su asesinato por parte de su gemelo Remo, pero no existen datos ni de que ni de cómo pasó de una forma concreta. En honor a la fecha de su desaparición se celebraban las fiestas Nonas Caprotinas. Acabará divinizado y adorado bajo la advocación de Quirino.
Tras su muerte se producirá un año de interregnum hasta que el senado elige como rey a Numa Pompilio.
En la cronología actual la fecha de la fundación de Roma se fijó el 21 de abril de 753 a. C. Esta fecha era el año 0 para el Imperio romano, ya que se la tomaba como punto de referencia para fechar eventos en el mundo romano. Se lo aludía como el Nacimiento de Roma (En el año 200 desde la Fundación de la Urbe o del Nacimiento de Roma).
II. La fundación según la historia
La ciudad de Roma surgió de los asentamientos de tribus latinas, sabinas y etruscas, situándose los primeros habitantes de Roma en las siete colinas, en la confluencia entre el río Tíber y la Vía Salaria, a 28 km del mar Tirreno. En este lugar el Tíber tiene una isla donde el río puede ser atravesado. Debido a la proximidad del río y del vado, Roma estaba en una encrucijada de tráfico y comercio.
Alrededor del siglo VIII a. C. los asentamientos se unificaron bajo el nombre de Roma Quadrata. La leyenda cuenta que Roma fue fundada por Rómulo el 21 de abril de 753 a. C. Rómulo, cuyo nombre se dice habría inspirado el nombre de la ciudad, fue el primero de los siete reyes de Roma en haber sido elegido. Los historiadores romanos dataron la fundación en 753 a. C., y desde esa fecha contaron su edad o calendario particular. Asimismo, también existe una teoría crítica de la fundación de Roma, aparte de la teoría legendaria. La teoría crítica, sostenida por muchos autores viene a decir que Roma surge a partir del forum romanum.
Monarquía electiva:
La naciente ciudad estado es gobernada por un rey elegido por un consejo de ancianos (senado). Los reyes míticos o semi-míticos son (en orden cronológico): Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco Marcio, Lucio Tarquinio Prisco, Servio Tulio y Lucio Tarquinio el Soberbio. El último de ellos, Lucio Tarquinio el Soberbio, fue derrocado en el año 509 a. C. cuando la República fue establecida.
República romana:
La República fue establecida el año 509 a. C., según los últimos escritos de Tito Livio, cuando el rey fue desterrado, y un sistema de cónsules fue colocado en su lugar. Los cónsules, al principio patricios pero más tarde plebeyos también, eran oficiales electos que ejercían la autoridad ejecutiva, pero tuvieron que luchar contra el senado romano, que creció en tamaño y poder con el establecimiento de la República. En este periodo se fraguaron sus instituciones más características: el senado, las diversas magistraturas, y el ejército.
Una nueva Constitución estableció un conjunto de instituciones de control así como una clara separación de los poderes.
Los romanos sometieron gradualmente a los ocupantes de la península itálica, la mayoría emparentadas con las tribus itálicas (de origen indoeuropeo; como los samnitas) pero también etruscos. La última amenaza a la hegemonía de Roma en Italia llegó cuando Tarento, una gran colonia griega, ayudó a Pirro de Epiro en 282 a. C.
En la última mitad del siglo III a. C., Roma se enfrentó con Cartago en las dos primeras guerras púnicas, conquistando Sicilia e Iberia.
Después de derrotar a Macedonia y al Imperio seléucida en el siglo II a. C., el naciente estado logra una enorme expansión tanto política como económica, extendiéndose por todo el Mediterráneo.
Mientras, los conflictos entre patricios y plebeyos caracterizaron la pugna política interna durante todo el periodo republicano, sólo paulatinamente lograrán los plebeyos la plena equiparación política (aunque no social).
La expansión trae consigo profundos cambios en la sociedad romana. La inadecuada organización política (pensada para una pequeña ciudad-estado y no para el gran territorio que es ya Roma) se hace patente para algunos, pero todos los intentos de cambio son bloqueados por la ultraconservadora élite senatorial. El enfrentamiento entre las diversas facciones produce en el siglo I a. C.una crisis institucional, que conducirá a diversas revueltas, revoluciones y guerras civiles.
Imperio romano:
El vencedor ulterior de todas estas guerras civiles, César Augusto, abolirá de facto la República y consolida un gobierno unipersonal y centralizado de todo el territorio, conocido como Imperio romano.
A partir de este momento, la estabilidad política del Imperio quedará ligada al carácter de los emperadores que sucederán a Augusto, alternándose los periodos de paz y prosperidad con las épocas de crisis.
Augusto, que inaugura la dinastía Julio-Claudia, representa el periodo de máximo esplendor del Imperio Romano.
A esta dinastía, terminada en el año 68 por el infausto Nerón le seguirá el periodo de inestabilidad conocido como el año de los cuatro emperadores, donde se impondrá Vespasiano, que inaugurará la dinastía Flavia, de origen no patricio.
Les seguirán del año 96 al 180 los llamados "cinco emperadores buenos" (Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío y Marco Aurelio), en la considerada "edad de plata" del Imperio.
Septimio Severo comienza el periodo de monarquía militar, y el fin de su estirpe llevará al periodo conocido como anarquía militar, que se prolonga durante el resto del siglo III, hasta la llegada de Diocleciano, un largo periodo de luchas internas por el poder donde los emperadores, nombrados por sus legiones, se suceden ininterrumpidamente.
Caída del Imperio romano:
Diocleciano (284-305) emprenderá una gran reorganización del Imperio, instituyendo la Tetrarquía (forma de gobierno por el cual cuatro personas comparten el poder). Su sucesor Constantino I el Grande fue el último emperador del imperio unificado.
Poco después, el emperador Teodosio divide el Imperio entre sus dos hijos, Arcadio y Honorio, dando como resultado:
- El Imperio romano de Oriente, con sede en Constantinopla. Fue muy rico y avanzado culturalmente y sobrevivió durante aproximadamente mil años más.
- El Imperio romano de Occidente, con sede en Roma y después en Rávena.
Teodosio institucionalizara el cristianismo, al hacerlo religión oficial del Imperio.
Las invasiones bárbaras pondrán la puntilla a un moribundo Imperio Occidental, dando paso a la Edad Media.
El último emperador de Occidente, Rómulo Augústulo, será depuesto en 476 por Odoacro, un hérulo.
El Imperio romano de Oriente (posteriormente denominado Imperio bizantino por el historiador Hieronymus Wolf en el siglo XVI) proseguirá su existencia hasta la caída de Constantinopla en el año 1453.
III. Estructura social y política
La primera estructura social y política de los latinos fue la familia: el padre, la esposa (unida al padre de familia por el rito sagrado de la torta), los hijos, las esposas de los hijos, los hijos de los hijos, y las hijas no casadas. De la agrupación de algunas familias del mismo tronco, surgieron las gens, y de un conjunto de familias surgieron las tribus.
La familia está formada por los más próximos pero, a medida que la familia se extiende, se forma la gens o raza de un tronco común, integrada por la familia completa propiamente dicha y por los gentiles, todos aquellos procedentes del mismo antepasado.
¿Cómo se produce la unión de los diversos grupos, sea de gens o de tribus? Cada grupo tiene un punto común de encuentro, generalmente para el culto religioso (aunque no exclusivamente para tal fin), punto que constituye el embrión de las cívitas (ciudades).
La ciudad:
La fundación de Roma se atribuye a tres tribus: los ramnes, los ticios y los luceres.
Estos tres grupos fundaron la llamada Roma Quadrata en el Monte Palatino.
Otra ciudad fundada por otro u otros grupos en el Quirinal, se unió a la Roma Quadrata, surgiendo así la civitas ('ciudad') llamada Roma.
A los primeros ciudadanos romanos se les llama patricios, porque o bien son padres de familia o bien son hijos de padres de familia vinculados a la obediencia paterna (los hijos varones no alcanzaban la condición de padre de familia hasta que el padre moría y se independizaban, pero se daba por descontado que alcanzarían esta condición).
Los hijos de los patricios, al cumplir 17 años (más tarde la edad fue rebajándose hasta los 14 años) adquirían la condición de ciudadanos plenos (con tal motivo celebraban una festividad en que dejaban de vestir la toga praetexta propia de los muchachos y se colocaban la toga virilis, propia de los hombres), pero continuaban sujetos a la potestad del padre hasta que este moría.
A los patricios corresponde el derecho pleno de ciudadanía: forman el pueblo y son de entre los habitantes los de clase social más elevada. Sus derechos eran:
- El sufragio.
- El desempeño de cargos públicos, políticos o religiosos.
- El derecho a asignación de tierras públicas.
- Los derechos civiles propios de las gens (tutela, sucesión, potestad, etc.).
- El derecho de contraer matrimonio con otros miembros de las gens.
- El derecho de patronato.
- El derecho de contratación.
- El derecho de hacer testamento.
- Servicio militar.
- Contribuir con ciertos impuestos para el sostenimiento del Estado.
1. Ciudades dependientes de Roma:
Iniciada la expansión territorial romana muchas ciudades pasaron a depender de Roma. Cuando una ciudad se sometía a Roma a discreción, sus ciudadanos quedaban con el estatuto jurídico de dediticios. Aunque la mayoría de las ciudades sometidas a discreción lo fueron después de la primera guerra púnica, probablemente la institución es anterior.
Roma se reservaba la soberanía eminente sobre estas ciudades, pero les devolvía el usufructo, con excepción del ager publicus (era el nombre genérico del terreno geográfico de una región o de un territorio político). Roma reconoció la autonomía de alguna de estas ciudades pero sus tierras quedaron sometidas al diezmo de la cosecha, y en caso de exenciones, estas se daban a título personal (por ejemplo a los habitantes de una ciudad aunque cultivaban tierras en otra ciudad). El diezmo se pagaba generalmente en especie y el beneficio permitido al recaudador era limitado.
Las ciudades sometidas a Roma, con su territorio rural incluido, no tenían derecho a declarar la guerra por su cuenta, pero debían declararla forzosamente cuando Roma lo hiciera. También tenían prohibido hacer convenios de ningún tipo con otros Estados o Ciudades. Además no podían acuñar moneda y eran las monedas romanas las que tenían curso legal en todas estas ciudades.
Había varios tipos de ciudades vinculadas a Roma:
- Ciudades de derecho romano: algunas ciudades recibieron el derecho completo de ciudadanía romana, especialmente las antiguas ciudades aliadas de la Liga Latina, las ciudades sabinas y gran parte de las del País Volsco. Junto a ellas estaban las colonias que disfrutaban del derecho de ciudadanía.
- Ciudades latinas: las ciudades sujetas llamadas Latinas eran las otras ciudades de la Liga Latina que no habían recibido el derecho de ciudadanía, y las colonias de derecho latino (es decir las colonias que no tenían derecho de ciudadanía). Los latinos y los romanos eran iguales en sus relaciones privadas, en los negocios, el comercio y las sucesiones.
- Ciudades sin voto: Estaban en tercer lugar las ciudades con derecho de civitas pero sin voto, que aunque podían llamarse ciudadanos, debían soportar todas las cargas cívicas (reclutamiento militar, impuestos ordinarios, servicios y contribuciones especiales) sin compensación (sin derecho a votar). Estas ciudades estaban administradas para los asuntos judiciales por un Prefecto anual designado por el Pretor de Roma (magistrado romano cuya jerarquía se alineaba inmediatamente por debajo de la de cónsul. Su función principal era la de administrar justicia, conceder interdictos y otras funciones judiciales). Su administración civil estaba en manos de sus propios magistrados locales, generalmente de la aristocracia.
- Ciudades confederadas no latinas: cuyos derechos quedaban establecidos por los tratados particulares concertadas con cada una de ellas. Estas ciudades suministran contingentes al ejército en cuantía prefijada de antemano, siendo el equipamiento del contingente a cargo de la ciudad. Estaban gobernadas por magistrados locales surgidos de la aristocracia.
El rey:
Roma es gobernada por un rey, representante de la institución monárquica, al que corresponde todo el poder del Imperio y dicta las órdenes, el cual era elegido entre el pueblo como jefe de una gran familia política.
Auxilian al rey los lictores (eran funcionarios públicos que durante el periodo republicano de la Roma clásica se encargaban de escoltar a los magistrados curules, marchando delante de ellos, e incluso de garantizar el orden público y custodia de prisioneros). En su ausencia los poderes administrativos correspondían a un delegado. Si el rey no designaba sucesor los ciudadanos designaban en el interregno, por un periodo de cinco días, a un interrex (El periodo que existe entre el deceso de un rey, hasta la coronación del sucesor, se llamaba interregnum, ya que la monarquía romana no era hereditaria), y después se elegía un nuevo rey, o bien se designaba un nuevo interrex por otros cinco días con facultad de designar nuevo rey.
El senado:
Frente al rey se erige la institución del Consejo de Ancianos (Senado) para contrabalancear a la institución real.
Los primeros senadores son los representantes designados por cada gens. Tienen carácter vitalicio. Como el número de gens es invariable (las sucesivas familias surgen siempre de un tronco común y por tanto se integra en alguna de las gens existentes) también es invariable el número de senadores.
No obstante había una excepción: cuando un senador moría el rey estaba facultado para nombrar un sustituto temporal (hasta la designación del sustituto designado por la gens). La costumbre del nombramiento real acabó concediendo al rey la elección de los senadores.
El senado era un órgano meramente consultivo, pero siendo emanado del pueblo, el rey lo convocaba a menudo y consideraba sus propuestas. Sus reuniones se celebraban en el comitium (foro) en una sala llamada bule. Más adelante había un grupo de gente que decidía quien iba a enfrentar al rey y quien manejaría las entradas de plata.
Divisiones de la población romana: las gens, las curias y las tribus
La división de la población se hacía desde las gens:
- 10 gens formaban una curia.
- 10 curias formaban una tribu.
- 10 tribus formaban una 'civita' (ciudad).
- Cada gens contribuía con 10 soldados de infantería (miles o milicia), un caballero y un senador.
- En las ciudades sometidas por Roma se establecía un Consejo de Cien Ancianos, cada uno de los cuales era el cabeza de diez casas, de donde surge la definición de decuriones (El rango militar de decurión era, en tiempos de la Roma antigua, que equivalía al del actual cabo o jefe de diez soldados).
El sistema decimal pues rige en la sociedad romana, aunque, si bien al principio debieron responder a una realidad, con el tiempo derivaron en una mera división teórica: pronto fue inexacto hablar de curias con diez gens al introducirse nuevas familias, que aumentaban el número de gens de las curias existentes y más tarde el número de curias. Tampoco correspondía a cada decurión el mando sobre diez casas. En cambio la aportación al ejército se mantiene básicamente. Así pues, al pasar los años, los números primitivos dejan de corresponderse con la realidad pero se mantiene la tradición y así las gens y familias son aumentadas o divididas por decreto, pero la realidad se impone y la división deja de ser geométrica e inflexible.
Así, cuando el número de senadores quedó fijado en trescientos, no quería decir que existieran solo trescientas gens, sino que entre todas las existentes se designaban únicamente trescientos senadores. Las curias dejaron de ser diez para pasar a un número indeterminado (hasta 30), cuyo conjunto formaba la ciudad. También los 3000 infantes y 300 caballeros que formaban el ejército salían del conjunto, y no considerando cada gens (así unos aportaban más y otros menos). La misma situación se reprodujo en las ciudades sometidas a Roma.
Las curias constituyeron muy pronto la base de la ciudad. Las curias se reunían en una asamblea dirigida por el curio, y en presencia de un sacerdote. El reclutamiento y los impuestos se hizo desde muy pronto sobre la base de las curias.
Los miembros de las curias eran los ciudadanos que votaban, y a las votaciones se las llamaba "comicios curiales", celebrándose las votaciones por separado en cada curia. Normalmente se celebraban comicios el 24 de marzo y 24 de mayo de cada año.
Los ciudadanos romanos estaban divididos en treinta y cinco tribus diferentes; cuatro eran en origen urbanas, propias de la ciudad de Roma (Collina, Esquilina, Palatina y Suburana) y diez rurales, de los alrededores de la ciudad. Durante la conquista de la península se fueron agregando el resto. En el año 395 a. C. existían ya veintiuna tribus y veinticinco en el año 389 a. C.; pasó finalmente a treinta y cinco en el año 241 a. C. Las tribus se dividían en grupos de votos en los diferentes comitia, desde las que se elegían magistraturas y oficiales que se pondrían al servicio del estado. Algunas tribus tenían más poder de voto que otras, por ejemplo la Palatina era una de las más importantes e influyentes. Estas treinta y cinco tribus eran:
- Aemilia, Aniensis, Arnensis, Camilia, Claudia, Clustumina, Collina, Cornelia, Esquilina, Fabia, Falerna, Galeria, Horatia, Lemonia, Maecia, Menenia, Oufentina, Palatina, Papiria, Pollia, Pomptina, Publilia, Pupinia, Quirina, Romilia, Sabatina, Scaptia, Sergia, Stellatina, Suburana, Terentina, Tromentina, Velina, Voltina y Voturia.
Las decisiones en Roma se adoptan en los comicios, es decir en las votaciones de las asambleas.
Los comicios más antiguos son los comitia calata, convocados por el rey para solemnizar ciertos actos religiosos.
Los comicios políticos eran aquellos en los que votaba la población organizada en curias.
Con Augusto se modifica algo la jerarquía, pero sigue estando basada en la riqueza. Se distingue entre cives y no cives. Los cives, a su vez, pueden ser honestiores (los ricos) o humiliores (los pobres). Dentro de los honestiores, se encuentran los clarissimi o pertenecientes al ordo senatorius, y los egregii o pertenecientes al ordo equester. Los no cives, por último, son los liberti y los servi.
Se convocaban el 24 de marzo y 24 de mayo y cuando el rey lo consideraba conveniente. Decidían sobre la elección de monarca, asuntos políticos importantes y la concesión del derecho de ciudadanía. El convocante presentaba una propuesta y los ciudadanos de la curia con derecho (probablemente un voto por cada padre de familia) la votaban. Cada curia era un voto y se precisaba el de 16 curias (de un total de 30) para la aprobación.
Ciudadanos plenos, honorarios y clientes:
Junto a los ciudadanos plenos o patricios estaban los ciudadanos «honorarios», invitados de otras ciudades que renunciaban a su antigua ciudadanía y aceptaban la ciudadanía honoraria romana. También estaban los clientes de los patricios y los esclavos.
El grupo de los clientes estaba formado básicamente por esclavos liberados por sus amos patricios, y que después de su liberación permanecían vinculados (ellos y sus descendientes) a su antiguo amo (y a sus herederos), quien ejercía sobre ellos cierta tutela y proteccionismo paternalista, a cambio de ciertos servicios y lealtades. En este grupo se integraron también algunos extranjeros (habitantes de ciudades derrotadas a los que no se permitía residir en su ciudad pero tampoco habían sido declarados esclavos, y que constituían como un grupo cliente de toda la ciudad de Roma) y exilados sujetos al patronazgo de un patricio.
El ejército:
1. Instrucción y entrenamiento:
Durante cuatro meses los nuevos reclutas eran sometidos a un entrenamiento implacable. Al concluir este período los supervivientes ya podían llamarse soldados. Los que no podían resistir el entrenamiento eran rechazados.
Primero se les enseñaba a desfilar marcando el paso. Luego se les llevaba de marcha, forzandolos al máximo hasta que fueran capaces de recorrer 20 millas romanas (30 km) en cinco horas. Después tendrían que recorrer la misma distancia cargados con todo su equipo, que incluía armas y armaduras, utensilios de cocina, estacas para la empalizada, instrumentos para cavar y provisiones para varios días, pues al final de cada marcha tenían que levantar un campamento con terraplenes y fosos de defensa.
En un principio los legionarios utilizaron bestias de carga y carros para transportar el equipo.
Pero el célebre general Cayo Mario impulsor de grandes reformas en el ejército, les obligó a transportar personalmente casi toda la impedimenta necesaria para reducir el tamaño de las caravanas de intendencia (los llamaban "las mulas de Mario"). El equipo completo debía pesar por lo menos 30 kg, y las armas y armaduras más de 20.
Los legionarios realizaban marchas tres veces al mes durante 25 años. Este entrenamiento y capacidad de desplazamiento fue una de las causas por la que el ejército romano fuera tan superior a otros ejércitos. Esto era solo parte de la instrucción, puesto que el programa de entrenamiento también incluía carreras, saltos, equitación y natación. Cuando se consideraba que se encontraba en buena forma física comenzaba la instrucción en el manejo de las armas.
Los reclutas aprendían a atacar a una gruesa estaca clavada en el suelo con una pesada espada de madera y un escudo de mimbre que pesaba el doble que un escudo normal. Se les insistía que golpearan de frente, sin describir arcos con la espada, que pueden evitarse con más facilidad. También se les entrenaba en el lanzamiento de pesadas jabalinas de madera contra las estacas.
Una vez superado este paso, se les consideraba dignos de empuñar armas auténticas forradas de cuero para evitar accidentes, que les parecerían ligerisimos en comparación con las pesadas armas de madera.
2. Efectivos:
Una legión estaba formada por diez cohortes de 480 hombres cada una, a no ser que fuera una corte de asalto o invasión (formadas por unos 20 o 30 hombres), lo que da la cifra de 4800 hombres en total; eso en teoría, ya que no parece seguro que las legiones hayan estado con sus cuadros completos, ni mucho menos.
Normalmente cada centuria formaba como un cuadro de 10 x 8 hombres. Como la segunda centuria de cada manípulo bajaba para cerrar el hueco, la profundidad de la línea de combate de la legión era de 8 hombres. Puesto que tres eran las líneas que una legión podía presentar, el frente de combate quedaba estructurado como una sucesión de líneas con ocho hombres de profundidad. Recordemos que en Cannas los manípulos formaron con su profundidad doblada, es decir, con 16 hombres; un experimento que costó a los romanos 50 000 muertos. Puesto que el secreto táctico de la legión no era otro que su flexibilidad, la línea de combate con ocho hombres de profundidad era la más racional y la que mejor se adapta a esa característica esencial. Pero si había que reducir la profundidad, esa misma flexibilidad operaba el milagro de permitir "adelgazar" las líneas.
Clases sociales:
La sociedad romana, como muchas otras sociedades antiguas, se basaba en la desigualdad.
Las clases que se distinguieron fueron cinco: patricios, plebeyos, esclavos, clientes y libertos. La tensión entre patricios y plebeyos y las rebeliones de los esclavos fueron las más importantes noticias políticas; las tres primeras fueron las clases con mayor actividad política; las otras dos, menos.
Esta organización social no fue estática durante toda la historia de la Antigua Roma. Hubo tensiones, cambios, evolución.
1. En la monarquía:
En los primeros tiempos la desigualdad social se basaba en el nacimiento y en la religión. La sociedad romana presentaba dos grandes tipos de ciudadanos: los libres y los no libres (los esclavos).
Los ciudadanos libres, a su vez, se dividían en privilegiados (los patricios) y en no privilegiados.
Los ciudadanos no privilegiados podían ser independientes (los plebeyos, en lat. plebeii) o dependientes (los clientes y los libertos).
- Patricios: Eran las primeras familias asentadas en Roma y sus descendientes. Cada una pretende descender de un antepasado más o menos divinizado. Los que tienen un mismo pater forman una gens, llevan el mismo apellido y celebran un mismo culto. Desde el principio de Roma, los patricios y sus familias constituyen el primer eslabón social. Estos patricios poseían esclavos, probablemente muchas veces en gran número. Los patricios están en la base de la fundación de Roma y, por tanto, son ciudadanos romanos. Tiene la exclusiva de los cargos públicos, y dirigen la vida de Roma. Más tarde el derecho de ciudadanía se extiende a las llamadas minores gentes, es decir a los que procedentes de otras ciudades o dentro de la misma ciudad sin ser patricios, adquirieron la ciudadanía romana. Los patricios decían que eran los parientes de los fundadores de Roma.
- Clientes: Los clientes eran los extranjeros o refugiados pobres, sujetos a patronazgo de un patricio, el cual le brindaba ayuda económica, lo defendía ante la ley, y lo dejaba participar de las ceremonias religiosas a cambio de que éste lo acompañe en la guerra y lo ayude en todos los trabajos en el que el patricio lo solicitara. Los patricios se enorgullecen de tener clientela grande o importante.
- Plebeyos: Constituyen la mayor parte de la población (la multitud), compuesta también con extranjeros, refugiados pobres o clientes que se habían enemistado con sus "patronos". Eran considerados hombres libres, por lo que no podían participar en lo político ni en lo religioso.
- Esclavos: Es el destino normal de los presos de guerra. Legalmente, carecían de todo derecho: eran instrumentum vocale ("herramienta que habla"). Hacían gratis los peores trabajos y de por vida. El trato dependía del carácter personal del amo. Llegaron a ser numerosísimos con la expansión de Roma.
2. En la república:
En esta etapa (509-27 a. C.) hubo fuertes tensiones sociales. Puede que de comienzos de la misma sea una reforma social (atribuida por los historiadores antiguos al rey Servio Tulio) consistente en fundar la jerarquía social no en el nacimiento ni en la religión, sino en el dinero y en la demarcación territorial.
La plebe lógicamente crecía más que el patriciado, porque en ella entraban las poblaciones anexadas por Roma y los extranjeros que venían a vivir a la Urbe. Pero tan gran número de habitantes no se resignaba a estar en la vida pública de comparsa; y tampoco era rentable que ni pagasen impuestos ni fuesen al servicio militar por no ser cives (ciudadanos). Los plebeyos lucharon mucho por su equiparación política con los patricios. Algunos de los pasos que hubieron de dar fueron los siguientes:
- Lucha de los plebeyos para conseguir la igualdad de derechos:
- Año 494. Huelga general. Los plebeyos se marchan de Roma, al Monte Sacro, ante la negativa de los patricios a la igualdad política. Roma quedó colapsada. Los patricios tuvieron que ceder y pactar.
- Años 451-449. Ley escrita. Hasta este momento en Roma, los patricios juzgaban cada conflicto conforme a la costumbre y a la tradición oral, lo que daba lugar a muchas irregularidades, porque no había ley escrita. En esta época se redacta el primer código que ocupa 12 tablas y se promulga a pesar de la resistencia inicial de los patricios. De aquí arrancará la obra jurídica de los romanos que será uno de sus más importantes legados culturales para la humanidad.
- Año 448. Canuleio consigue los dos cónsules alternan año a año con dos tribuni militum consulari potestate de los que uno ya puede ser plebeyo, aunque este cargo no da la consideración de consularis (para poder acceder al Senado).
- Años 440. Matrimonio legal. La lex Canuleia sanciona el derecho al casamiento entre patricios y plebeyos, que hasta el momento estaba rigurosamente prohibido por orgullo de casta y para vetar el acceso de los plebeyos a la vida política.
- Año 409. Cuestura. En este año los plebeyos acceden por primera vez a la magistratura.
- Año 367. Consulado. En este año la Ley Licinia admitirá el principio, y en 342 por primera vez los dos cónsules serán plebeyos.
- Años 356, 337 y 300. Se suceden la dictadura, la censura, la pretura y el pontificado (último reducto del patriciado).
- Años 287. El Senado reconoce fuerza de ley a las decisiones de las asambleas de la plebe, y admite que estas prevalezcan sobre sus decisiones.
Llegado este momento, se puede decir que plebeyos y patricios tienen igualdad de derechos. Pero quedan las diferencias económicas y religiosas. Patricios y plebeyos ricos se van a entender entre ellos en perjuicio de los plebeyos pobres, los proletarii (cuya única riqueza es su prole, los hijos). La reforma social, que intentaron Tiberio y Cayo Graco y por la que fueron asesinados, intentaba ayudar a estos hombres que tenían todos los derechos políticos pero carecían de comida.
- Clases sociales en la época republicana tras lo anterior:
- Ciudadanos: patricios y plebeyos.
- No ciudadanos: libertos y siervos.
- La ciudadanía romana: Durante siglos es el título más deseado. Consiste en unos derechos (iura) y unas obligaciones (munera). En esta época abarca:
- Ivra pvblica (derechos políticos): derecho de voto, derecho de ser elegible, derecho a tener religión o ser elegible para funciones sacerdotales, derecho de apelación al pueblo en procesos criminales.
- Ivra privata (derechos civiles): derecho de propiedad (comprar, vender, testar, etc.), derecho a contraer matrimonio legal y derecho a ejercer acciones judiciales.
- Mvnera (obligaciones): obligación de inscribirse en el censo periódicamente, obligación de servir en el ejército durante el tiempo previsto y obligación de pagar los impuestos; hasta 167 a. C.
- Adquisición del derecho de ciudadanía (civitas):
- Por nacimiento: naciendo de matrimonio legítimo de un civis; siendo hijo de liberto o extranjero favorecido con la concesión de la ciudadanía.
- Por concesión legal: por hacer una casa en Roma, o construir un barco capaz para 10.000 modios de grano, o por hacer condenar a un magistrado.
- Por concesión del estado: representado, para el caso, por los comicios, el general vencedor, las comisiones encargadas de fundar una colonia romana o el emperador.
- Pérdida del derecho de ciudadanía:
- Perdiendo el status libertatis: por condena penal por insolvencia, pronto suprimida; por privación de agua y luz o deportación; o por negarse al censo, al servicio militar, por desertar, por caer preso en una guerra, o por violar los derechos de gentes.
- Perdiendo el status civitatis: renuncia a la ciudadanía o por hacerse civis de otra ciudad.
- Los caballeros (equites) y la nobleza senatorial (nobilitas): La caballería del ejército romano estaba formada por ricos que traían el caballo o que utilizaban caballos del Estado. Formaban un grupo social distinguido (caracterizados por un anillo de oro y una túnica bordada de púrpura), pero pronto fueron insuficientes y hubo que sustituirlos con soldados pagados. Quedaron así como una burguesía dedicada no tanto a la compra y explotación de tierras, como a los negocios bancarios. Raras veces se dedicaron a la política, donde los consideraban despectivamente homines novi (sin antepasados ilustres). Frente a este ordo equester, está la nobilitas u ordo senatorius, formado por patricios y plebeyos que tuvieron algún antepasado que desempeñase en su tiempo alguna magistratura curul (cónsul, pretor, censor o edil). Esta nobleza senatorial es distinta de la nobleza patricia, y se va a confundir en el Senado.
- Clientes, libertos y esclavos: Los clientes que fueron absorbidos por la plebe, llegaron a desaparecer al comienzo de la República, pero después reaparecieron al arruinarse la clase media con las guerras y con los productos que gratis mandaban a Roma los pueblos sometidos. Muchos no llegan a tener lazo jurídico con un patronus y andan por Roma sin rumbo, detrás del rico o del político que más les ofrezca. Los esclavos, en cambio, protagonizan en esta época importantes rebeliones.
Con Augusto se modifica algo la jerarquía, pero sigue estando basada en la riqueza. Se distingue entre cives y no cives. Los cives, a su vez, pueden ser honestiores (los ricos) o humiliores (los pobres). Dentro de los honestiores, se encuentran los clarissimi o pertenecientes al ordo senatorius, y los egregii o pertenecientes al ordo equester. Los no cives, por último, son los liberti y los servi.
- El ius civitatis que ya en 88 a. C. se había concedido a los itálicos, en 212 d. C. se va a ampliar a todos los libres del Imperio, para resolver problemas fiscales y militares que tenía Roma. Ser ciudadano deja de ser importante y, de paso, desaparece la posición privilegiada de Roma y de Italia en el Imperio.
- Augusto reforma los ordines, colocando en el senatorius a los ciudadanos con más de un millón de sestercios (desempeñan las magistraturas republicanas y, desde Marco Aurelio —161-180—, título de clarissimi); y en el equester coloca a quien tenga 400 000.
- Los esclavos aumentaron mucho en número. Se dice que algunas familias tenían más de 500 y que en Roma había unos 250 000. El trato se va suavizando por influencia estoica y cristiana. Adriano y Antonino Pío legislan contra el maltrato.
- Los libertos aumentaron porque hubo muchas manumisiones. Augusto llegó a prohibir liberar por testamento a más de 100. Algunos jugaron importante papel político.
- Los clientes siguen existiendo, en el sentido de que todo el mundo es cliente de alguien más importante. El emperador tiene como clientes a los 150 000 proletarios inscritos en la lista de necesitados para el reparto gratuito de alimentos cada mes (annona).
4. En el dominado:
Si en la República y en el Principado había solo dos categorías (libres y esclavos), en el Dominado aparecerá una clase social nueva, intermedia entre libres y esclavos: los colonos.
La jerarquización se hace más fuerte y estanca: casi un sistema de castas. Los cives, entonces, podían ser libres o colonos, generalmente pobres. Los cives libres abarcaban a la familia imperial, a los senadores, a los caballeros y a la gente corriente, pobre a diferencia de los otros tres. Los no cives, por su parte, eran los esclavos y los libertos, en ocasiones muy ricos.
Las novedades de esta época son:
- Equivalencia del ordo senatorius y del equester.
- Los humiliores quedan desde el siglo IV fijados hereditariamente a su profesión (gremios).
- La esclavitud disminuye porque las nuevas formas de producción ya no la hacen indispensable; muchos huyen y se hacen salteadores.
- Los colonos son pobres y libres, pero quedan sujetos a la tierra del amo que ellos trabajan: tienen que cultivarla perpetuamente, no pueden dejarla ni un día; no pueden ir a casarse fuera del dominio; los hijos siguen la condición de los padres. Está naciendo así un nuevo sistema: el feudal.
1. Las tribus:
El rey Servio Tulio estableció la división en Tribus y que el servicio al ejército y el pago del tributum no afectaría solo a los ciudadanos personalmente, sino que se tendría en cuenta sus propiedades: todos los ciudadanos que cultivan un dominio o lo poseen, sean o no ciudadanos romanos, están obligados a la prestación del servicio militar.
Los designados para cumplir las tareas militares se elegirían entre una nueva división por propiedades. Así los soldados (entre 20 y 60 años) serían distribuidos en cinco clases:
- Los que por sus posesiones aportan una armadura. Correspondía esta clase a los que poseían un heredium en pleno dominio (la mitad de las tierras romanas correspondían a los heredia poseídos en pleno dominio, mientras la otra mitad se había ido fraccionando por sucesivas particiones hereditarias o por ventas; un heredium era una finca rústica cuya extensión mínima era de veinte yugadas, es decir 5,4 hectáreas, o sea que la medida romana de la yugada era equivalente a 2700 metros cuadrados). Iban armados con lanza, yelmo, coraza, escudo redondo y polainas. Esta primera clase debía comprar y mantener un caballo de donde fueron llamados equite, es decir caballeros.
- Los que poseían tres cuartos de un heredium (o sea al menos 40 500 metros cuadrados).
- Los que poseían la mitad de un heredium (al menos 27 000 metros cuadrados).
- Los que poseían un cuarto de heredium (al menos 13 500 metros cuadrados).
- Los que poseían un octavo de heredium (al menos 6750 metros cuadrados).
El armamento de las clases sucesivas era cada vez más ligero. Tras las cinco clases estaban los que no poseían nada que colaboraban en la milicia como carpinteros, herreros, músicos, etcétera. Por cada 80 soldados de 1ª clase, debían salir 20 de clase 2ª, 20 de clase 3ª, 20 de clase 4ª y 28 de clase 5ª. Los soldados eran movilizados para la campaña, y terminada esta eran licenciados. En cambio los caballeros permanecían en el ejército de forma continuada, y sus integrantes salían de las familias de ciudadanos con mayor riqueza.
Las diversas clases formaban la población susceptible de actuar militarmente y se reunían en asamblea, en los llamados comicios centuriados. A fin de facilitar las levas la constitución de Servio Tulio dividió la ciudad en cuatro circunscripciones territoriales llamadas tribus, cada una con una población similar. Los soldados fueron divididos en dos categorías: los jóvenes entre 16 y 25 años; y los veteranos, de más de 25 años.
Se estructuraban en Legiones, formando una legión 3000 soldados y 1200 auxiliares. Las legiones operaban en formaciones constituidas por filas de soldados: las cuatro primeras filas estaban integradas por soldados con armadura completa. Una legión (4200 hombres) se dividía en centurias (hasta un total de 42). Casi la mitad de los hombres de una legión disponían de armadura completa (el número de hoplitas era de 2000 por cada legión). Otros mil hombres eran soldados de 2ª y 3ª clase. El resto, los auxiliares eran soldados de 4ª clase (en número de 500) y de 5ª clase (en número de 700). En una legión había 1050 hombres de cada una de las cuatro tribus en que se dividía la ciudad; y en las centurias, cada tribu aportaba 25 hombres.
En esta época Roma disponía normalmente de cuatro legiones (dos de ellas en campaña y dos de guarnición). Cada legión contaba con trescientos caballeros. Todo lo que los soldados ganaran en la lucha, fueran muebles o inmuebles, pasaba al Estado romano.
2. El censo:
Este sistema de reclutamiento en razón de los bienes poseídos, hizo necesario establecer un censo de propiedades y transmisiones, que se revisaba cada cuatro años. Un efecto inmediato fue el de dividir a la sociedad romana: a la división ya existente entre patricios y plebeyos, se añadía ahora la división entre propietarios (los que tienen tierra, sean ciudadanos o no) y proletarios (es decir los que crían hijos, mayoritariamente plebeyos, pero también con algunos ciudadanos arruinados o desposeídos por sucesivas particiones). El censo se hacía cada cuatro años. Al año siguiente se hacían sacrificios y los encargados del censo o censores renunciaron a sus cargos.
3. La justicia:
El censo se creó en el año 212 a. C.
La jurisdicción se concentra en la ciudad, y en la fase monárquica en el rey, que tiene su “tribunal” y ordena en los días establecidos sentándose en la llamada "silla curul" auxiliado por los alguaciles, y frente a las partes litigantes.
Algunos delitos tienen jueces especiales:
- Los duoviri perduellionis para la insurrección.
- Los quaestores parricidii para el asesinato.
- Unos funcionarios especiales, llamados los tres viri nocturni se ocupan de las cuestiones relacionadas con incendios nocturnos, policía de seguridad y vigilancia de ejecuciones.
La tortura sólo puede aplicarse a los esclavos.
La detención preventiva es la norma general.
La pena capital era aplicable a quien alterara la paz pública, y por otros delitos. Tenía varias formas:
- A los testigos falsos se les arrojaba desde una altura (la Roca Tarpeya) era el destino de los traidores.
- A los ladrones de mieses se les colgaba.
- A los incendiarios se les quemaba vivos.
Existía el derecho de recurso (provocatio). El indulto correspondía al pueblo.
Se daban además algunos tipos especiales de indultos:
- El que se arrodillaba ante un sacerdote de Júpiter no podía ser apaleado en veinticuatro horas.
- El que entraba encadenado en su propia casa debía ser desatado.
- El criminal que al dirigirse a una ejecución se tropezaba con una vestal (virgen, especie de sacerdotisa), era perdonado.
Las penas aplicadas más frecuentemente eran las multas (pagadas con la entrega de bueyes u ovejas) y el apaleamiento.
Los juicios civiles eran juzgados por el rey o por un comisario designado por este. La reparación se verifica a menudo por vía de transacción, y si no había acuerdo la pena (poena) era fijada por el juzgador.
En caso de robo el ladrón podía pagar una reparación satisfactoria. Si no podía o era irreparable el ladrón se convertía en esclavo del robado. En los casos de injurias se concertaba una indemnización. En los casos de lesiones podía reclamarse el Talión (es decir provocar el mismo daño).
4. La propiedad y los contratos:
Según el depósito era adjudicado a los sacerdotes para sacrificios públicos. La parte perdedora tenía treinta días para el pago de la presºtación o de la deuda reclamada; si no lo hacía, se pasaba a la vía de ejecución y se le obligaba a pagar salvo que aportara nuevos testigos que justificaran su derecho.
4. La propiedad y los contratos:
Según el depósito era adjudicado a los sacerdotes para sacrificios públicos. La parte perdedora tenía treinta días para el pago de la presºtación o de la deuda reclamada; si no lo hacía, se pasaba a la vía de ejecución y se le obligaba a pagar salvo que aportara nuevos testigos que justificaran su derecho.
Si se obstinaba en no pagar o no podía hacerlo, se convertía en esclavo, pero durante un periodo de sesenta días la sentencia quedaba en suspenso por si alguien se compadecía de él y pagaba la deuda, en cuyo caso quedaba libre. Si nadie se compadecía y pagaba, el vencedor del juicio lo recibía en propiedad, y podía matarlo, venderlo como esclavo en el extranjero o guardarlo para sí (en tal caso, al pasar a ser esclavo, esta condición se transmitía a sus descendientes), pero siempre para usarlo fuera de los muros de Roma. Más tarde desapareció el paso a la esclavitud en favor del acreedor, y aquel que no podía o no quería pagar era encarcelado en las llamadas lautum iae.
El Estado ejercía la tutela de los menores y de los incapaces.
Los esclavos podían ser manumitidos, esto es liberados. La liberación podía ser privada (en cuyo caso el amo tenía derecho a retractarse y recobrar al esclavo), o pública (en cuyo caso era perpetua e irrevocable).
Cultura:
Esta fue el resultado de un importante intercambio entre civilizaciones diferentes: la cultura griega y las culturas desarrolladas en Oriente (Mesopotamia y Egipto, sobre todo) contribuyeron a formar la cultura y el arte de los romanos. Uno de los vehículos que más contribuyó a la universalización de la cultura romana, que pronto fue la de todo el Imperio, fue el uso del latín como lengua común de todos los pueblos sometidos a Roma. En los dos siglos que siguieron a la guerra de Augusto, el Imperio romano alcanzó su mayor extensión y realizó una intensa labor civilizadora. La cultura romana ya no quedó limitada a Roma e Italia, sino que se extendió hasta las más lejanas provincias fronterizas.
Se destacaron en la tecnología, los edictos de los pretores, las disposiciones del senado, de la asamblea popular y de los emperadores y las opiniones de los jurisconsultos romanos. Los principios fundamentales se han incorporado a la legislación de todos los pueblos civilizados por Roma.
Situación de la mujer:
En las familias ricas, la mujer debía llevar una vida de obediencia. El trabajo le era ajeno, excepto el hilar y tejer. Como ama de casa debía supervisar las tareas domésticas, cumplidas por los esclavos. Para los romanos, el crimen más grande que podía cometer una mujer era el adulterio, considerado no solo un crimen de carácter moral, sino una traición para los dioses tutelares.
A diferencia del varón, la mujer estaba exenta del reclutamiento en el ejército y de combatir en las campañas militares.
Homosexualidad en la Antigua Roma:
Las fuentes históricas disponibles sobre la práctica de la homosexualidad en la antigua Roma, sus actitudes y aceptación del hecho son abundantes. Hay obras literarias, poemas, grafitos y comentarios sobre las predicciones de todo tipo de personajes incluso de emperadores solteros y casados. Sin embargo, las representaciones gráficas son más escasas que en la Grecia clásica.
Las actitudes hacia la homosexualidad fueron cambiando con los tiempos, según el contexto histórico, oscilando desde la fuerte condena hasta una considerablemente amplia aceptación. De hecho, fue considerada una costumbre cultural en ciertas provincias.
Tratando estos comportamientos, es fundamental recalcar que el término homosexualidad es problemático e impreciso aplicado al mundo antiguo, ni siquiera había una palabra traducible como tal en latín ni en griego antiguo, con el mismo significado que el moderno concepto de homosexualidad. La bisexualidad parece que era la norma, pero ya autores antiguos reconocen que en la antigua Roma había hombres que mantenían relaciones sexuales exclusivamente con hombres.
Provincias romanas:
Todo territorio anexionado se convertía en provincia y era confiado a un pretor o a un promagistrado.
El Estado ejercía la tutela de los menores y de los incapaces.
Los esclavos podían ser manumitidos, esto es liberados. La liberación podía ser privada (en cuyo caso el amo tenía derecho a retractarse y recobrar al esclavo), o pública (en cuyo caso era perpetua e irrevocable).
Cultura:
Esta fue el resultado de un importante intercambio entre civilizaciones diferentes: la cultura griega y las culturas desarrolladas en Oriente (Mesopotamia y Egipto, sobre todo) contribuyeron a formar la cultura y el arte de los romanos. Uno de los vehículos que más contribuyó a la universalización de la cultura romana, que pronto fue la de todo el Imperio, fue el uso del latín como lengua común de todos los pueblos sometidos a Roma. En los dos siglos que siguieron a la guerra de Augusto, el Imperio romano alcanzó su mayor extensión y realizó una intensa labor civilizadora. La cultura romana ya no quedó limitada a Roma e Italia, sino que se extendió hasta las más lejanas provincias fronterizas.
Se destacaron en la tecnología, los edictos de los pretores, las disposiciones del senado, de la asamblea popular y de los emperadores y las opiniones de los jurisconsultos romanos. Los principios fundamentales se han incorporado a la legislación de todos los pueblos civilizados por Roma.
Situación de la mujer:
En las familias ricas, la mujer debía llevar una vida de obediencia. El trabajo le era ajeno, excepto el hilar y tejer. Como ama de casa debía supervisar las tareas domésticas, cumplidas por los esclavos. Para los romanos, el crimen más grande que podía cometer una mujer era el adulterio, considerado no solo un crimen de carácter moral, sino una traición para los dioses tutelares.
A diferencia del varón, la mujer estaba exenta del reclutamiento en el ejército y de combatir en las campañas militares.
Homosexualidad en la Antigua Roma:
Las fuentes históricas disponibles sobre la práctica de la homosexualidad en la antigua Roma, sus actitudes y aceptación del hecho son abundantes. Hay obras literarias, poemas, grafitos y comentarios sobre las predicciones de todo tipo de personajes incluso de emperadores solteros y casados. Sin embargo, las representaciones gráficas son más escasas que en la Grecia clásica.
Las actitudes hacia la homosexualidad fueron cambiando con los tiempos, según el contexto histórico, oscilando desde la fuerte condena hasta una considerablemente amplia aceptación. De hecho, fue considerada una costumbre cultural en ciertas provincias.
Tratando estos comportamientos, es fundamental recalcar que el término homosexualidad es problemático e impreciso aplicado al mundo antiguo, ni siquiera había una palabra traducible como tal en latín ni en griego antiguo, con el mismo significado que el moderno concepto de homosexualidad. La bisexualidad parece que era la norma, pero ya autores antiguos reconocen que en la antigua Roma había hombres que mantenían relaciones sexuales exclusivamente con hombres.
Provincias romanas:
Todo territorio anexionado se convertía en provincia y era confiado a un pretor o a un promagistrado.
- Sicilia (227 a. C.)
- Córcega - Cerdeña (227 a. C.)
- Hispania: Citerior y Ulterior (197 a. C.)
- Grecia: Macedonia (148 a. C.) e Iliria (60 a. C.)
- África: África Vetus o Proconsular (146 a. C.) y África Nova (46 a. C.)
- Asia: Asia (129a. C.), Cilicia (101 a. C.), Bitinia (74 a. C.), Ponto (63 a. C.), Siria (63 a. C.) y Chipre (58 a. C.).
- Galia: Galia Narbonense (120 a. C.) y Comata (50 a. C.)
- Cirenaica (74 a. C.)
- Egipto (30 a. C.)
- Britania (43 d. C.)
Arte romano son todas aquellas manifestaciones de las artes visuales de la ciudad de Roma que fueron exportadas a todos los territorios del Imperio romano.
Las primeras manifestaciones del arte romano surgieron bajo el influjo del arte etrusco y fueron contagiadas por el arte griego, que los romanos conocieron en las colonias de la Magna Grecia, ubicadas en el sur de Italia y que conquistaron en el proceso de unificación territorial de la península durante los siglos IV y III a. C. La influencia griega se acrecienta cuando, en el siglo II a. C., Roma ocupa Macedonia y Grecia.
Hasta cierto punto puede pensarse que el arte de Roma es una imitación y ampliación del arte griego, y por supuesto del arte etrusco, pero el espíritu que animó a los artistas romanos es totalmente distinto de aquellos. La Roma conquistadora y urbanista trató de unir al sentido estético griego, el carácter utilitario y funcional que sus obras requerían.
A causa del profundo centralismo ejercido por Roma sobre sus provincias en todos los aspectos de la vida, se originó un arte muy uniforme sin que pueda hablarse de escuelas provinciales, al menos durante la época imperial. No obstante, dada la amplitud del Imperio y su constitución en diferentes momentos, no existe una contemporaneidad cronológica, pues en zonas donde el arte helenístico está más consolidado sus formas artísticas están mucho más evolucionadas que en las provincias más tardíamente incorporadas a la cultura romana.
Pintura de la Antigua Roma:
Los romanos admiraban la pintura griega tanto como la escultura, y animaban a los artistas que trabajaban para ellos a hacer copias de obras griegas, especialmente famosas o populares. Los romanos tendían más que los griegos a decorar sus paredes con pinturas murales, y aunque siguen la tradición griega, muestran en sus pinturas un gran colorido y movimiento. Las pinturas, con figuras individuales, grupos o paneles enteros, se reproducen, se adaptan, estropeaban o embellecen según el talento de los artistas y las exigencias del cliente.
Los procedimientos usados en esta pintura debieron ser el encausto, el temple y el fresco. Aunque se sabe que los romanos desarrollaron la pintura sobre tabla, los restos pictóricos conocidos más importantes son de tipo mural, frescos protegidos con una capa de cera que avivaba los colores.
Sus géneros, el decorativo de vajillas y muros y el histórico y mitológico en los cuadros murales.Se cultivaron con dicho carácter decorativo mural el paisaje, la caricatura, el retrato, los cuadros de costumbres, las imitaciones arquitectónicas y las combinaciones fantásticas de objetos naturales constituyendo con estas últimas el género que los artistas del Renacimiento llamaron grutesco, hallado en las antiguas Termas de Tito y que sirvió al célebre Rafael como fuente de inspiración para decorar las Logias del Palacio Apostólico Vaticano. Destacó también el arte pictórico de la civilización romana en el procedimiento del mosaico. No obstante, y en general, el mosaico es usado sobre todo para suelos, siendo en época bizantina cuando sustituya a los frescos en los muros.
La miniatura sobre pergamino fue otro género que estuvo muy en boga entre los bibliófilos romanos de la época de Augusto, pero de ella no se han descubierto ni se conservan ejemplares anteriores al siglo III de nuestra era.
Algunas de las pinturas romanas son las siguientes:
Mujer tocando
Retrato en vidrio dorado
Boda de Céfiro y Cloris
Villa de los misterios
Escultura de la Antigua Roma:
La escultura de Roma se desarrolló en toda la zona del este del país de influencia romana, con su foco central en Roma , entre los siglos VI D. C. y V d.C. El origen derivó de la escultura griega, principalmente a través de la herencia de la escultura etrusca, y luego directamente, por contacto con las colonias de la Magna Grecia y la propia Grecia, durante el periodo helenístico.
El estudio de la escultura romana ha demostrado ser un desafío para los investigadores por su evolución que es cualquier cosa menos lineal y lógica. Los intentos de imponer un modelo de desarrollo formal como un sistema orgánico sobre la historia de la escultura romana se muestran inexactos y poco realistas.
Una tendencia duradera al historicismo y eclecticismo, aún más pronunciada que la observada durante el período helenístico, junto con la presencia de diferentes estilos, en esculturas producidas en el mismo momento histórico para distintas clases sociales, e incluso dentro de una sola clase, atendiendo a las necesidades de cada tema y situación, hacen que su comprensión sea aún más compleja.
Gran parte del conocimiento de la cultura y el arte de la Grecia antigua, y más, la escultura romana —junto con la griega— tuvo una importancia fundamental en la formulación de la estética del Renacimiento y el Neoclasicismo, que confirma su vitalidad y significado incluso en los tiempos modernos, y es considerado hoy como uno de los organismos artísticos más importantes de la cultura occidental.
Algunas de las esculturas romanas son las siguientes:
Lar de Bronce
Hércules capitolino
Escena del sacrificio del altar de Enobarbo
Genio de Augusto
V. Arte romano en Hispania:
Se conoce como Arte romano en Hispania a todas aquellas manifestaciones artísticas correspondientes al periodo de dominio romano sobre la península ibérica.
Conjuntamente con su economía, su política y su religión, Roma exportó a toda Europa y también parte de Asia y África sus modelos artísticos, provocando una estandarización de la estética en docenas de países que llega hasta hoy, en un legado amplísimo; un legado que también dejó su impronta en las corrientes que tras la caída del Imperio romano de Occidente estarían llamadas a sustituir al arte romano. Así, se pueden observar numerosas influencias del arte romano en el arte románico o renacentista, corrientes artísticas que, a su vez, tuvieron una fuerte influencia sobre los usos estéticos actuales.
En el estudio del arte romano se puede diferenciar la pintura, la escultura, el mosaico y de una forma más general, los elementos artísticos contenidos en la arquitectura que exceden de su carácter meramente funcional.
Pintura:
La pintura romana, al igual que otras manifestaciones artísticas, tiene su origen en la mezcla entre la tradición etrusca y la influencia de pintores griegos de la escuela de Apeles. Si los etruscos usaban la pintura como una forma de evocación mágica en las construcciones funerarias, los romanos harían de este arte un expresión pública para retratar hechos o personajes relevantes de la época. También, y con base en la cantidad de pinturas murales encontradas en las ciudades de Pompeya y Herculano, enterradas en ceniza volcánica durante más de dieciocho siglos, así como en los zócalos enterrados de la mayor parte de los conjuntos arqueológicos romanos, se comprueba que la decoración pictórica era no sólo frecuente, sino tema común en la vida cotidiana romana.
La pintura es, de todos las expresiones del arte, la más sensible al paso del tiempo, por lo que los restos de la misma son muy escasos. En Italia se cuenta con las tumbas etruscas y con los restos de las ciudades de Pompeya y Herculano, donde al encontrarse protegidas de la luz del sol, la policromía de los frescos ha logrado sobrevivir al paso del tiempo.
Según Vitrubio, la pintura romana experimentó varias fases de desarrollo, desde la decoración de las paredes con texturas que asemejaran mármoles o columnas (estilo de las incrustaciones), pasando por la recreación de escenas teatrales, paisajísticas, religiosas o épicas (estilo arquitectónico), hasta la recreación de criaturas monstruosas u objetos imposibles de la primera época imperial (estilo ornamental). Posteriormente a Vitrubio, avanzado el siglo I, se puso de moda un nuevo estilo más abstracto (estilo ilusionista).
Las primeras manifestaciones del arte romano surgieron bajo el influjo del arte etrusco y fueron contagiadas por el arte griego, que los romanos conocieron en las colonias de la Magna Grecia, ubicadas en el sur de Italia y que conquistaron en el proceso de unificación territorial de la península durante los siglos IV y III a. C. La influencia griega se acrecienta cuando, en el siglo II a. C., Roma ocupa Macedonia y Grecia.
Hasta cierto punto puede pensarse que el arte de Roma es una imitación y ampliación del arte griego, y por supuesto del arte etrusco, pero el espíritu que animó a los artistas romanos es totalmente distinto de aquellos. La Roma conquistadora y urbanista trató de unir al sentido estético griego, el carácter utilitario y funcional que sus obras requerían.
A causa del profundo centralismo ejercido por Roma sobre sus provincias en todos los aspectos de la vida, se originó un arte muy uniforme sin que pueda hablarse de escuelas provinciales, al menos durante la época imperial. No obstante, dada la amplitud del Imperio y su constitución en diferentes momentos, no existe una contemporaneidad cronológica, pues en zonas donde el arte helenístico está más consolidado sus formas artísticas están mucho más evolucionadas que en las provincias más tardíamente incorporadas a la cultura romana.
Pintura de la Antigua Roma:
Los romanos admiraban la pintura griega tanto como la escultura, y animaban a los artistas que trabajaban para ellos a hacer copias de obras griegas, especialmente famosas o populares. Los romanos tendían más que los griegos a decorar sus paredes con pinturas murales, y aunque siguen la tradición griega, muestran en sus pinturas un gran colorido y movimiento. Las pinturas, con figuras individuales, grupos o paneles enteros, se reproducen, se adaptan, estropeaban o embellecen según el talento de los artistas y las exigencias del cliente.
Los procedimientos usados en esta pintura debieron ser el encausto, el temple y el fresco. Aunque se sabe que los romanos desarrollaron la pintura sobre tabla, los restos pictóricos conocidos más importantes son de tipo mural, frescos protegidos con una capa de cera que avivaba los colores.
Sus géneros, el decorativo de vajillas y muros y el histórico y mitológico en los cuadros murales.Se cultivaron con dicho carácter decorativo mural el paisaje, la caricatura, el retrato, los cuadros de costumbres, las imitaciones arquitectónicas y las combinaciones fantásticas de objetos naturales constituyendo con estas últimas el género que los artistas del Renacimiento llamaron grutesco, hallado en las antiguas Termas de Tito y que sirvió al célebre Rafael como fuente de inspiración para decorar las Logias del Palacio Apostólico Vaticano. Destacó también el arte pictórico de la civilización romana en el procedimiento del mosaico. No obstante, y en general, el mosaico es usado sobre todo para suelos, siendo en época bizantina cuando sustituya a los frescos en los muros.
La miniatura sobre pergamino fue otro género que estuvo muy en boga entre los bibliófilos romanos de la época de Augusto, pero de ella no se han descubierto ni se conservan ejemplares anteriores al siglo III de nuestra era.
Algunas de las pinturas romanas son las siguientes:
Mujer tocando
Retrato en vidrio dorado
Boda de Céfiro y Cloris
Villa de los misterios
Escultura de la Antigua Roma:
La escultura de Roma se desarrolló en toda la zona del este del país de influencia romana, con su foco central en Roma , entre los siglos VI D. C. y V d.C. El origen derivó de la escultura griega, principalmente a través de la herencia de la escultura etrusca, y luego directamente, por contacto con las colonias de la Magna Grecia y la propia Grecia, durante el periodo helenístico.
El estudio de la escultura romana ha demostrado ser un desafío para los investigadores por su evolución que es cualquier cosa menos lineal y lógica. Los intentos de imponer un modelo de desarrollo formal como un sistema orgánico sobre la historia de la escultura romana se muestran inexactos y poco realistas.
Una tendencia duradera al historicismo y eclecticismo, aún más pronunciada que la observada durante el período helenístico, junto con la presencia de diferentes estilos, en esculturas producidas en el mismo momento histórico para distintas clases sociales, e incluso dentro de una sola clase, atendiendo a las necesidades de cada tema y situación, hacen que su comprensión sea aún más compleja.
Gran parte del conocimiento de la cultura y el arte de la Grecia antigua, y más, la escultura romana —junto con la griega— tuvo una importancia fundamental en la formulación de la estética del Renacimiento y el Neoclasicismo, que confirma su vitalidad y significado incluso en los tiempos modernos, y es considerado hoy como uno de los organismos artísticos más importantes de la cultura occidental.
Algunas de las esculturas romanas son las siguientes:
Lar de Bronce
Hércules capitolino
Escena del sacrificio del altar de Enobarbo
Genio de Augusto
Arquitectura de la Antigua Roma:
Se caracteriza por haber adoptado el lenguaje externo de la arquitectura griega clásica, a la que le agregó varias innovaciones originales.
Los dos estilos a menudo se consideran un cuerpo, lo que se conoce como arquitectura clásica. La arquitectura romana floreció en la República romana y más aún bajo el Imperio, cuando se construyó la gran mayoría de los edificios supervivientes. Usó nuevos materiales, particularmente el hormigón romano, y tecnologías como el arco de medio punto, la arcada, la bóveda y la cúpula para hacer edificios que normalmente eran fuertes y bien diseñados.
La arquitectura romana abarca el período comprendido entre el establecimiento de la República romana en el año 509 a. C. hasta aproximadamente el siglo IV d. C., después de lo cual hace presencia la arquitectura tardía antigua o bizantina. Casi ningún ejemplo sustancial sobrevive desde antes del año 100 a. C., y la mayoría de las supervivencias más importantes provienen del Imperio posterior, después de aproximadamente 100 d. C. El estilo arquitectónico romano siguió influyendo en la construcción durante muchos siglos, y el estilo utilizado en Europa occidental a partir del año 1000 se llama arquitectura románica en referencia a la dependencia de las formas romanas básicas.
Los romanos comenzaron a lograr una originalidad significativa en la arquitectura alrededor del comienzo del período imperial, después de que combinaron aspectos de su arquitectura original etrusca con otros tomados de Grecia, incluyendo la mayoría de los elementos del estilo que ahora llamamos arquitectura clásica. Pasaron de la construcción basada principalmente en columnas y dinteles a una basada en paredes masivas, puntuadas por arcos y cúpulas posteriores. Los órdenes clásicos ahora se volvieron más decorativos que estructurales, excepto en las columnatas. Desarrollos estilísticos incluyen el toscano y órdenes compuestos; el primero es una variante abreviada y simplificada del orden dórico, y el compuesto es un orden elevado con la decoración floral del corintio y las volutas del jónico. El período comprendido aproximadamente entre el 40 a. C. y el 230 d. C. tuvo los mayores logros, antes de la crisis del siglo III y los problemas posteriores que redujeron la riqueza y el poder organizador del gobierno central.
Los romanos produjeron edificios públicos masivos y obras de ingeniería civil, y fueron responsables de desarrollos significativos en la vivienda y la higiene pública, por ejemplo, sus baños y letrinas públicos y privados, calefacción por suelo radiante en forma de hipocausto, acristalamiento de mica (ejemplos en Ostia Antica), y agua caliente y fría entubada (ejemplos en Pompeya y Ostia).
Algunos de los ejemplo arquitectónicos son los siguientes:
Reconstrucción del templo de Alatri
Ara Pacis
Panteón de Agripa
Ornamentos de estuco en el Tepidarium de las termas del foro de Pompeya
Ruinas de las Termas de Caracalla
Esquema de las arte en la Antigua Grecia:
La Monarquía romana, República romana e Imperio romano, cubren el periodo desde el siglo VIII a. C. al siglo V d. C.. Se localiza primero en el Latium (Italia Central), y se extiende por toda la Cuenca del Mediterráneo.
El periodo anterior a la recepción de la cultura helenística (siglo III a. C.) desarrolla un arte latino emparentado con otros pueblos itálicos (sabinos y sobre todo etruscos) Loba capitolina.
El período clásico del arte romano dura hasta el triunfo del cristianismo (siglo IV). Asimila y desarrolla la cultura griega (órdenes arquitectónicos, diseño de los templos, concepción escultórica), incorporándole características propias, tanto en materiales de construcción (mortero y cemento y hormigón romanos) como en elementos arquitectónicos (el arco -Arco de triunfo- y la bóveda, orden toscano y orden compuesto, principio de superposición de órdenes) y formas escultóricas (el retrato romano -exigido por el culto a los antepasados y la propaganda política, y que permite datar la evolución estilística y de la moda, sobre todo en la expresión y el peinado- ya el relieve romano, caracterizado por la búsqueda de la profundidad y la perspectiva) y pictóricas (los estilos pompeyanos, decorativos, narrativos o procurando el trampantojo).
Desarrollo arquitectónico con gusto por lo colosal y magnificente, al tiempo que con un acusado sentido práctico y utilitario. (puentes y acueductos -puente de Alcántara, Pont du Gard, Acueducto de Segovia-, calzadas).
Edificios públicos (termas -termas de Caracalla-, teatro romano -Teatro Marcelo -, circo romano -Circo Máximo-, anfiteatros -Anfiteatro de Capua, Coliseo, Anfiteatro de El Djem-, etc.), religiosos (templo romano -Templo de Vesta, Maison Carrée, Panteón de Agripa-) y civiles (foro romano, basílicas, palacio romano -Domus Aurea de Nerón, construcción original del Palacio de Letrán, luego convertido en residencia papal-, villa romana -Villa romana del Casale- con su versión de villa imperial -Villa Jovis o de Tiberio en Capri, Villa Adriana-, casa romana -domus, vivienda (Roma Antigua)-).
Escultura histórica narrativa (frisos corridos en relieve: Ara Pacis, Columna trajana), bustos, estatuas de cuerpo entero (Augusto de Prima Porta) y excepcionalmente ecuestres (estatua ecuestre de Marco Aurelio).
V. Arte romano en Hispania:
Se conoce como Arte romano en Hispania a todas aquellas manifestaciones artísticas correspondientes al periodo de dominio romano sobre la península ibérica.
Conjuntamente con su economía, su política y su religión, Roma exportó a toda Europa y también parte de Asia y África sus modelos artísticos, provocando una estandarización de la estética en docenas de países que llega hasta hoy, en un legado amplísimo; un legado que también dejó su impronta en las corrientes que tras la caída del Imperio romano de Occidente estarían llamadas a sustituir al arte romano. Así, se pueden observar numerosas influencias del arte romano en el arte románico o renacentista, corrientes artísticas que, a su vez, tuvieron una fuerte influencia sobre los usos estéticos actuales.
En el estudio del arte romano se puede diferenciar la pintura, la escultura, el mosaico y de una forma más general, los elementos artísticos contenidos en la arquitectura que exceden de su carácter meramente funcional.
Pintura:
La pintura romana, al igual que otras manifestaciones artísticas, tiene su origen en la mezcla entre la tradición etrusca y la influencia de pintores griegos de la escuela de Apeles. Si los etruscos usaban la pintura como una forma de evocación mágica en las construcciones funerarias, los romanos harían de este arte un expresión pública para retratar hechos o personajes relevantes de la época. También, y con base en la cantidad de pinturas murales encontradas en las ciudades de Pompeya y Herculano, enterradas en ceniza volcánica durante más de dieciocho siglos, así como en los zócalos enterrados de la mayor parte de los conjuntos arqueológicos romanos, se comprueba que la decoración pictórica era no sólo frecuente, sino tema común en la vida cotidiana romana.
La pintura es, de todos las expresiones del arte, la más sensible al paso del tiempo, por lo que los restos de la misma son muy escasos. En Italia se cuenta con las tumbas etruscas y con los restos de las ciudades de Pompeya y Herculano, donde al encontrarse protegidas de la luz del sol, la policromía de los frescos ha logrado sobrevivir al paso del tiempo.
Según Vitrubio, la pintura romana experimentó varias fases de desarrollo, desde la decoración de las paredes con texturas que asemejaran mármoles o columnas (estilo de las incrustaciones), pasando por la recreación de escenas teatrales, paisajísticas, religiosas o épicas (estilo arquitectónico), hasta la recreación de criaturas monstruosas u objetos imposibles de la primera época imperial (estilo ornamental). Posteriormente a Vitrubio, avanzado el siglo I, se puso de moda un nuevo estilo más abstracto (estilo ilusionista).
Existen muestras del primer estilo pictórico romano, así como de pinturas pertenecientes a los siglos I, II y IV en los conjuntos arqueológicos de las primeras ciudades romanas de Hispania, como Itálica, Mérida, Tarragona o Astorga, así como en Almedinilla, la Alcudia, Alcolea del Río, Osuna, Carmona, etcétera. La influencia italiana se deja sentir en el este y sur peninsular. A partir del siglo III, las corrientes artísticas procedentes del norte de África se extienden por el oeste peninsular a través de la Vía de la Plata.
Entre las decoraciones más frecuentes, se pueden enumerar las siguientes:- Imitación de mármoles: muy frecuente en todos los yacimientos, donde se imitan placas de mármol liso o veteado, con una amplia gama cromática y gran extensión en el tiempo, desde el siglo I al IV. Menos frecuente es la imitación de crustae, consistente en la imitación de mármol recortado y formando figuras.
- Decoración en relación continua: en esta decoración, el motivo geométrico se repite y se encadena. Es un estilo utilizado con asiduidad en el mosaico, pero no así en la pintura. La datación fecha estas decoraciones alrededor de los siglos III y IV.
- Candelabros: consiste en representaciones de objetos, ya sean metálicos, motivos florales o animales. Este estilo pertenece principalmente a la segunda mitad del siglo I.
- Decoración figurada: consiste en la pintura de pequeños cuadros en el centro de las paredes con representaciones humanas en escenas mitológicas, religiosas o sexuales (frecuentemente muy explícitas). También con menor frecuencia se encuentran grandes frisos decorados con escenas de caza o carreras. El estilo se extiende durante casi todo el periodo de influencia romana en Hispania, aunque son más abundantes entre los siglos I al IV.
- Animales, vegetales: aunque se pueden encontrar en necrópolis como la de Carmona enmarcados en motivos religiosos, los animales se usan con frecuencia como simple objeto pictórico decorativo, en ocasiones dentro de esquemas de relación continua (rellenando el interior de figuras geométricas) y en candelabros, con pájaros revoloteando entre los motivos florales. También los motivos vegetales se usan con abundancia tanto en la pintura funeraria como en la decoración doméstica.
- Decoración arquitectónica: imitación de columnas o pilares, usados además como división en las paredes. También se imitan capiteles y basamentos. En Pompeya se hallamos pinturas que imitan paisajes arquitectónicos, como galerías de columnas, aunque no se ha documentado este estilo en la península ibérica.
- Al fresco.
- Al temple.
- Al encausto.
Tipos de decoración pictórica:
Época republicana:
Se da en el s. I a. C. y es bastante sencillo. Se decoran las paredes imitando revestimientos de mármoles jaspeados o veteados de diferentes colores que recubren de colores vivos los zócalos de las habitaciones. Un ejemplo de este tipo de decoración se encuentra en Azaila (Teruel) que es uno de los primeros asentamientos romanos. Se caracteriza por el revestimiento de mármoles recortados en formas geométricas, que recibe el nombre de Crustae. Aparece en casas, templos, etc.
Estilo II (Casa de Hércules):
En Celsa han aparecido restos de paredes pintadas con estilo II. Este estilo se caracteriza por una mayor complejidad. Se les da un aspecto teatral y profundidad perspectiva. En el interior se desarrollan escenas de todo tipo: paisajes, dioses, etc.
En Roma se da en torno al año 100 a. C. aquí llega más tarde entre el 50 y el 40 a. C. En estos casos se piensa que pudo haber incluso talleres itinerantes.
Estilo III:
Se encuentra en Ampurias y se da desde finales del siglo I a. C. hasta la primera mitad de s. I d.C. Abarca el cambio de era. Se sigue dividiendo los muros con estructuras arquitectónicas, es más sencillo porque el zócalo es prácticamente liso, en el interior de algunos muros se representan escenas figuradas, otras lisas.
Los zócalos lisos, desde el punto de vista técnico, son más refinados. Se utilizaba una técnica llamada salpicado, que consistía en rociar pintura líquida a la pared. Quedaba una estructura de granito. En muchos casos sucede que la zona media de la pared se independiza del zócalo.
Estilo IV:
Es similar al anterior, pero tiene mayor autonomía. Es de la segunda mitad del siglo I d. C. Los mejores ejemplos están en la Domus Aurea de Nerón.
En los siglos posteriores se seguirá pintando, sobre todo utilizando los estilos II y III. También aparece pintura en Mérida: las pinturas de la llamada casa-basílica construida sobre los pórticos de acceso del teatro de Mérida.
Escultura:
La tradición escultórica romana procede directamente de la cultura griega, aunque adaptada a la estructura política y social de la antigua Roma. Las clases dominantes romanas utilizaron la escultura como una manifestación de su elevada posición social no sólo en el ámbito privado, adornando sus villas, sino también en el público, donde la escultura se usó a modo de promoción política. Como parte integrante del mundo romano, Hispania no quedó al margen de esta corriente artística.
La escultura romana se basa en dos materiales: el mármol y el bronce. Con el paso de los siglos, pocas son las esculturas en bronce que han sobrevivido, debido principalmente a la reutilización de este material o a la corrosión provocada por el tiempo y la intemperie.
En el ámbito público, la escultura desempeña un papel fundamental en la ornamentación de los edificios públicos, mostrando al pueblo las imágenes de los gobernantes y, durante la época imperial, ensalzando la figura del emperador. Buena muestra de esta profusión de esculturas públicas es la que se da en los teatros, foros, termas, etc.
Mosaico:
El mosaico se utilizó en abundancia con el fin de pavimentar los suelos de las casas romanas, en especial de aquellas casas pertenecientes a las más importantes familias de cada ciudad. Por esta gran profusión de mosaicos, y por las características de los materiales empleados, principalmente vidrio, cerámica y piedra (conocidos genéricamente como teselas), los restos arqueológicos de esta variedad artística son muy abundantes, y algunos se encuentran en un excelente estado de conservación. En este apartado se resumirán las más importantes corrientes artísticas en cuando al mosaico en Hispania y se describirán las obras más representativas de este arte.
El mosaico romano se aplicaba al suelo fundamentalmente. El más célebre de los mosaicos hallados en Ampurias es el Sacrificio de Ifigenia.
Los más empleados en la Hispania romana eran los dos primeros. Uno de los temas más frecuentes es el de los ciclos Báquicos, que representa el cortejo de Baco. Al cortejo se le llama tíaso. En estos los que destaca es el movimiento y el colorido. El otro tema más frecuente es el de Orfeo, donde aparece Orfeo el encantador de animales, rodeado de fauna. Esto da lugar a mosaicos paisajísticos y animalísticos.
También aparecen representaciones de Neptuno junto a tritones, caballos de mar, etc. También escenas de cacería (venationes). Se también frecuentes la personificación de estaciones, los espectáculos circenses, temas homéricos (la Ilíada y la Odisea) y escenas de la metamorfosis de Ovidio(Nacimiento de Venus, etc). El mosaico se puede documentar en varios tipos de mosaicos.
Opus signinum:
Se aplica a pisos de argamasa, al que se le daba un tono rojizo, en los que se incrustan piedrecillas o una serie de teselas de mármol blanco pero no de modo continuo y tupido, sino salpicado o en hileras, dibujando motivos geométricos o florales. Su apogeo corresponde al último siglo de la República, pero el género perdura hasta el siglo d. C. Ampurias conserva varios ejemplares. El tema predilecto de la decoración era los grandes rosetones de rombos o de otros motivos. En algunos casos se puede incluir alguna figura que podía ser un animal.
Opus sectile:
Son los fragmentos de mármoles de colores que se aplicaba sobre el suelo. Esto permitía trabajar más rápido. La moda del mármol blanco y negro no llegó a las provincias.
Opus tessellatum:
El Opus tessellatum era el nombre genérico de mosaico. Consistía en mosaicos de cubos o dados de 1 cm de lado por término medio, empleados en los fondos y motivos ornamentales no figurados.
Opus vermiculatum:
Eran teselas mucho más pequeñas, de 1 a 5 milímetros de lado, que permitían componer o copiar un cuadro imitando las huellas de las pinceladas. Era el más refinado y se aplicaba a estancias pequeñas o a la parte más importante del mosaico. La forma de hacerlo era diferente, se componían en el taller y luego se pegaban en el suelo. Reciben el nombre de emblemata (medallones).
Arquitectura:
Fue dentro del campo del arte romano, la más importante y muestra la influencia etrusca en el empleo del arco y la bóveda; y griega, en la adopción de las líneas rectas y de las columnas. Se caracteriza por su monumentalidad y por ser de utilidad pública; además, se manifestó en todas las regiones del Imperio.
Las principales construcciones romanas fueron: los foros, los templos, las basílicas, los teatros, los anfiteatros, las termas, los circos, los arcos de triunfo, los acueductos y puentes.
Los puentes:
Los puentes, junto a las calzadas y vías romanas, agilizaban el intercambio de productos entre los territorios provinciales y la metrópolis y eran verdaderamente importantes para las vías romanas.
Los puentes romanos alcanzaron un nivel muy alto de desarrollo y su construcción tenía la intención de perpetuarse en el tiempo. Tenían que emplear exclusivamente el arco de medio punto y en mantener la horizontalidad de la calzada y estar construidos de sillería con almohadillado. El puente de Alcántara es un ejemplo de estos puentes romanos, el arco de triunfo se dedicó a Trajano, aunque ha sido remodelado varias veces debido a los daños ocasionados por su situación fronteriza entre España y Portugal.
Los acueductos:
Los acueductos tenían como fin el abastecimiento de agua a las ciudades romanas durantes todo el tiempo, para alimentar las fuentes, las termas y para que en las cloacas fluyera el agua que sobrara para mantener el saneamiento de la ciudad. Por lo que el acueducto no solo era el puente que traía el agua sino toda la conducción desde el manantial hasta las cloacas. Incluso a veces lo hacía bajo tierra sin la utilización de muros o arquerías. El primer elemento que los romanos edificaron como arranque del acueducto solía ser un depósito con el correspondiente dique y sus contrafuertes. En la parte occidental del Imperio romano incluida Hispania las arquerías o acequías, eran utilizados para hacer propaganda del buen hacer del gobernante.
Acueducto Caños de Carmona, Sevilla.
Acueducto de Segovia
La ciudad romana y urbanística:
Los romanos se irán formando sus urbes junto a las colonias griegas y otras ciudades ya formadas. En ocasiones también formarán nuevas urbes que seguían patrones regulares. La ciudad debía ser rigurosamente ortogonal. Dentro del perímetro rectangular el área de la ciudad se divide en cuatro partes por dos calles principales: el cardo maximus, orientado de norte a sur y el decumanus maximus, trazado de de este a oeste. En la intersección de ambas partes se abre una plaza; el foro y a sus extremos hay cuatro puertas principales. Las demás calles se encontraban paralelas a estas calles principales formando manzanas de casas cuadradas y rectangulares. La ciudad quedaba rodeada por una muralla y en el exterior se dejaba una franja "sagrada" sin permitir la edificación. La explicación material de no edificar en el pomerium era la de no facilitar el asedio al ejército invasor con edificaciones pegadas a la muralla, que podrían permitir la escala del muro o la guarnición de tropas en estos edificios cercanos a la muralla para estar a salvo de los arqueros de la ciudad.
Torre de Hércules
En los pórticos se encontraban las tiendas de los mercaderes, que también ponían sus puestos en los intercolumnios, ya que el foro, originariamente fue un mercado que se hallaba fuera de la ciudad.
El circo romano es un recinto muy alargado con remates circulares en los extremos, teniendo globalmente una forma oval, más o menos alargada. En el centro, rodeada de gradas generalmente de piedra, estaba la arena (en latín hārēna), muy alargada y partida en dos por la espina (en latín spina), un muro bajo y aislado coronado de obeliscos, estatuas y otros ornamentos semejantes. La espina formaba sobre la arena dos calles por donde corrían las cuadrigas. En cada uno de los extremos de la espina había un pilar cónico denominado meta.
En el ámbito público, la escultura desempeña un papel fundamental en la ornamentación de los edificios públicos, mostrando al pueblo las imágenes de los gobernantes y, durante la época imperial, ensalzando la figura del emperador. Buena muestra de esta profusión de esculturas públicas es la que se da en los teatros, foros, termas, etc.
Mosaico:
El mosaico se utilizó en abundancia con el fin de pavimentar los suelos de las casas romanas, en especial de aquellas casas pertenecientes a las más importantes familias de cada ciudad. Por esta gran profusión de mosaicos, y por las características de los materiales empleados, principalmente vidrio, cerámica y piedra (conocidos genéricamente como teselas), los restos arqueológicos de esta variedad artística son muy abundantes, y algunos se encuentran en un excelente estado de conservación. En este apartado se resumirán las más importantes corrientes artísticas en cuando al mosaico en Hispania y se describirán las obras más representativas de este arte.
El mosaico romano se aplicaba al suelo fundamentalmente. El más célebre de los mosaicos hallados en Ampurias es el Sacrificio de Ifigenia.
Los más empleados en la Hispania romana eran los dos primeros. Uno de los temas más frecuentes es el de los ciclos Báquicos, que representa el cortejo de Baco. Al cortejo se le llama tíaso. En estos los que destaca es el movimiento y el colorido. El otro tema más frecuente es el de Orfeo, donde aparece Orfeo el encantador de animales, rodeado de fauna. Esto da lugar a mosaicos paisajísticos y animalísticos.
También aparecen representaciones de Neptuno junto a tritones, caballos de mar, etc. También escenas de cacería (venationes). Se también frecuentes la personificación de estaciones, los espectáculos circenses, temas homéricos (la Ilíada y la Odisea) y escenas de la metamorfosis de Ovidio(Nacimiento de Venus, etc). El mosaico se puede documentar en varios tipos de mosaicos.
Opus signinum:
Se aplica a pisos de argamasa, al que se le daba un tono rojizo, en los que se incrustan piedrecillas o una serie de teselas de mármol blanco pero no de modo continuo y tupido, sino salpicado o en hileras, dibujando motivos geométricos o florales. Su apogeo corresponde al último siglo de la República, pero el género perdura hasta el siglo d. C. Ampurias conserva varios ejemplares. El tema predilecto de la decoración era los grandes rosetones de rombos o de otros motivos. En algunos casos se puede incluir alguna figura que podía ser un animal.
Opus sectile:
Son los fragmentos de mármoles de colores que se aplicaba sobre el suelo. Esto permitía trabajar más rápido. La moda del mármol blanco y negro no llegó a las provincias.
Opus tessellatum:
El Opus tessellatum era el nombre genérico de mosaico. Consistía en mosaicos de cubos o dados de 1 cm de lado por término medio, empleados en los fondos y motivos ornamentales no figurados.
Opus vermiculatum:
Eran teselas mucho más pequeñas, de 1 a 5 milímetros de lado, que permitían componer o copiar un cuadro imitando las huellas de las pinceladas. Era el más refinado y se aplicaba a estancias pequeñas o a la parte más importante del mosaico. La forma de hacerlo era diferente, se componían en el taller y luego se pegaban en el suelo. Reciben el nombre de emblemata (medallones).
Arquitectura:
Fue dentro del campo del arte romano, la más importante y muestra la influencia etrusca en el empleo del arco y la bóveda; y griega, en la adopción de las líneas rectas y de las columnas. Se caracteriza por su monumentalidad y por ser de utilidad pública; además, se manifestó en todas las regiones del Imperio.
Las principales construcciones romanas fueron: los foros, los templos, las basílicas, los teatros, los anfiteatros, las termas, los circos, los arcos de triunfo, los acueductos y puentes.
Los puentes:
Los puentes, junto a las calzadas y vías romanas, agilizaban el intercambio de productos entre los territorios provinciales y la metrópolis y eran verdaderamente importantes para las vías romanas.
Los puentes romanos alcanzaron un nivel muy alto de desarrollo y su construcción tenía la intención de perpetuarse en el tiempo. Tenían que emplear exclusivamente el arco de medio punto y en mantener la horizontalidad de la calzada y estar construidos de sillería con almohadillado. El puente de Alcántara es un ejemplo de estos puentes romanos, el arco de triunfo se dedicó a Trajano, aunque ha sido remodelado varias veces debido a los daños ocasionados por su situación fronteriza entre España y Portugal.
Los acueductos:
Los acueductos tenían como fin el abastecimiento de agua a las ciudades romanas durantes todo el tiempo, para alimentar las fuentes, las termas y para que en las cloacas fluyera el agua que sobrara para mantener el saneamiento de la ciudad. Por lo que el acueducto no solo era el puente que traía el agua sino toda la conducción desde el manantial hasta las cloacas. Incluso a veces lo hacía bajo tierra sin la utilización de muros o arquerías. El primer elemento que los romanos edificaron como arranque del acueducto solía ser un depósito con el correspondiente dique y sus contrafuertes. En la parte occidental del Imperio romano incluida Hispania las arquerías o acequías, eran utilizados para hacer propaganda del buen hacer del gobernante.
Acueducto Caños de Carmona, Sevilla.
Acueducto de los milagros, Mérida
Acueducto de Peña Cortada, Valencia
Acueducto Les Ferreres, Tarragona
Acueducto de Segovia
La ciudad romana y urbanística:
Los romanos se irán formando sus urbes junto a las colonias griegas y otras ciudades ya formadas. En ocasiones también formarán nuevas urbes que seguían patrones regulares. La ciudad debía ser rigurosamente ortogonal. Dentro del perímetro rectangular el área de la ciudad se divide en cuatro partes por dos calles principales: el cardo maximus, orientado de norte a sur y el decumanus maximus, trazado de de este a oeste. En la intersección de ambas partes se abre una plaza; el foro y a sus extremos hay cuatro puertas principales. Las demás calles se encontraban paralelas a estas calles principales formando manzanas de casas cuadradas y rectangulares. La ciudad quedaba rodeada por una muralla y en el exterior se dejaba una franja "sagrada" sin permitir la edificación. La explicación material de no edificar en el pomerium era la de no facilitar el asedio al ejército invasor con edificaciones pegadas a la muralla, que podrían permitir la escala del muro o la guarnición de tropas en estos edificios cercanos a la muralla para estar a salvo de los arqueros de la ciudad.
En el interior estaba el foro, en torno a este se encontraba la basílica, donde se reunían las altas magistraturas. Los edificios lúdicos solían estar fuera de las murallas, tales como los teatros, anfiteatros, circos, etc.
Tenían alcantarillado y demás servicios público, que garantizaba el estado. Se convertía así en un organismo perfecto que servía a todas las unidades. Hay textos que hablan de cómo los indígenas se asombraban de ver estas ciudades romanas.
Los faros:
Los faros son una torre con núcleo central, en torno a este una rampa de acceso a la torre. Esta se suele levantar sobre un promontorio.
El más destacado de Hispania fue la Torre de Hércules o el faro de Brigantium (La Coruña). El promontorio tiene 57 m de alto y sus muros de granito son de un espesor de 1,55 m descansan en una base cuadrada de 11,75 m de lado y a partir de ella suben verticales hasta una altura de 34 metros. En época romana era más recia y más ancha, pues poseía un caparazón que fue desmantelado. Entre el muro exterior y el interior subía una rampa, vía de acceso de los carros de bueyes que abastecían de leña al faro. La importancia del faro coruñés es indicadora de que probablemente la antigua Brigantium fue el principal puerto comercial de la Galicia romana y de que ya entonces era un hito fundamental en la navegación atlántica.
Torre de Hércules
Faro de Brigantium
Los foros:
El foro debía estar ubicado en el centro urbano de la ciudad y en el cruce de las dos calles principales de la ciudad y su trazado, según las reglas de Vitruvio debía de ser rectángulo de una tercera parte más de largo que de ancho.
Después acabó convirtiéndose en el centro de la vida política, económica y religiosa y en su alrededor se elevaron curias para la administración de justicia, basílicas para la contratación de negocios y templos consagrados a las divinidades protectoras.
El foro era el centro orgánico de la ciudad romana. En el foro se hallaban las estatuas del emperador, del gobernador de Hispania y todos los personajes importantes de la sociedad que se usaban para las campañas electorales.
En el modelo imperial, algunas ciudades tenían más de un foro, por ejemplo, Emerita Augusta tenía tres y Tarraco poseía dos foros.
Cada nuevo emperador construía un anexo al anterior. En todos los foros va a haber un espacio dedicado a Augusto que es llamado Aedes Augusti donde se mostraba la estatua de Augusto divinizado.
Los foros hispanos que se conocen son de planta rectangular muy próximos a la cuadrangular, pero ello puede ser una casualidad que no excluye la existencia de rectángulos más alargados. Destacan los foros de Caesaraugusta, Ampurias, Itálica, Coimbra y el de Clunia.
Los templos:
En los templos romanos de Hispania se empleaban los materiales más abundantes de la zona, en Hispania abunda el granito y la caliza, por lo que eran el material que utilizaban para la construcción de los templos revistiendo de estuco(mezcla de mármol en polvo y cal).
Las columnas descansan en una basa ática, es decir dos molduras convexas (toros) separadas por una cóncava (escocia), provista en algunos casos de un plinto prismático.
El fuste de las columnas suele ser liso, para recibir luego las estrías en el estucado. El número es inferior o igual a veinte.
El capitel corintio normal consta de dos partes: una arquitectónica, que es la prolongación del fuste en el kalathos y en el ábaco, y otra decorativa, constituida por tres tipos de decoración:
- Ima folia: corona inferior de las hojas de acanto.
- Secunda folia: hojas altas de acanto.
- Decoración compuesta por volutas y hélices.
Algunos de los templos más destacados son:
- Templo romano de Alcántara ( provincia de Cáceres ), adyacente al puente romano de igual nombre. Se trata de un pequeño templo votivo.
- Templo romano de Augusto (Barcelona).
- Templo romano de Córdoba.
- Templo romano de Évora (Portugal).
- Templo romano de Diana (Mérida).
- Templo romano de Vich (Barcelona).
Los teatros:
El teatro fue una construcción típica del Imperio, cuya finalidad era la interpretación de obras dramáticas griegas y latinas. Las características principales del teatro romano derivaron en un principio de las del teatro griego, ya que muchas de las características generales de la arquitectura romana proceden directamente de la arquitectura del período helenístico.
Los primeros teatros se construyeron en madera y adobe; éstos se derribaban después de que el acontecimiento para el cual fueron erigidos concluyera. Una ley impedía la construcción de teatros permanentes, sin embargo, en el 55 a. C. se construyó el Teatro de Pompeyo con un templo para evitar la ley.
Con el paso del tiempo, los teatros romanos desarrollaron características específicas. La mayor parte de los teatros romanos conservados siguen el modelo arquitectónico propuesto por Vitrubio, constando de:
- Scaenae frons (Frente escénico): compuesto de un doble orden de columnas.
- Orchestra: semicírculo situado enfrente de la scaenae frons en el que se sentaban las autoridades, actuaba el coro y se alzaba un altar en honor a Dionisio.
- Aditus: pasillos laterales de entrada a la orchestra.
- Cavea: estructura semicircular en la que, según el rango social, se situaban los espectadores. Se dividía en ima cavea, media cavea y summa cavea, divididos por pasillos horizontales.
- Vomitoria: entradas abovedadas por las que se accedía a la cávea.
- Proscaenium: espacio delante de la escena en el que se desarrollaba la acción dramática.
- Porticus post acaenam: patio porticado con columnas detrás de la escena.
Algunos teatros podía apoyar la cávea sobre galerías abovedadas, mientras que en otros, los arquitectos aprovechaban la ladera de alguna colina para excavar sobre ella la cávea del teatro. El teatro podría cubrirse con toldos para proteger a los espectadores de la lluvia o de la luz del sol. Además, muchos teatros contenían pequeños templos en su estructura.
Cada clase social romana tenía su sitio específico en el teatro: la proedria para los senadores, la ima cavea para los caballeros, la media cavea para la plebe libre, la summa cavea para los libertos y esclavos y el matroneo para las mujeres.
Los anfiteatros:
La lucha en los anfiteatros eran un espectáculo de masas, tenía un aspecto lúdico. Los espectáculos de luchadores se celebraron en honor a Escipión el Africano. Al principio tenían un carácter funerario y fue evolucionando hacia un espectáculo lúdico. En España se encuentran desde los siglos I y II d. C. en época Julio-Claudia. Estos espectáculos eran pagados por los dunviros, que eran gestores administrativos y económicos del municipio. Esa generosidad se había convertido en casi una ley, una obligación. Las luchas recibían el nombre de Munus. La construcción de anfiteatros se convirtió en un rasgo de riqueza. Los principales espectáculos ofrecidos en el anfiteatro eran de tres clases:
- Ludi o munera: combate de luchadores.
- Venationes: lucha con animales salvajes.
- Naumachiae: representación de batallas navales.
El graderío (cavea) se divide en cuatro zonas, siendo la inferior para los senadores y altos cargos de la administración romana, la zona media para la plebe y la superior para las mujeres y los carentes de derechos. Primero se construyeron mediante piedra tallada, posteriormente se utilizó el hormigón y se dispusieron arquerías y bóvedas.
Los anfiteatros más destacados son:
- Anfiteatro de Ampurias (Gerona).
- Anfiteatro de Cáparra (Cáceres).
- Anfiteatro de Carmona (Sevilla).
- Anfiteatro de Cartagena (Murcia).
- Anfiteatro de Córdoba.
- Anfiteatro de Itálica (Sevilla).
- Anfiteatro de Mérida.
- Anfiteatro de Segóbriga (Cuenca).
- Anfiteatro de Sisapo (Ciudad Real).
- Anfiteatro de Tarraco (Tarragona).
- Anfiteatro de Málaga.
Los circos:
El llamado Circo romano es una de las instalaciones más importantes de las ciudades romanas. Junto con el teatro y el anfiteatro, forma la trilogía de grandes instalaciones destinadas a divertir al pueblo. Inspirado en los hipódromos y estadios griegos, pero de medidas mucho mayores que estos, el circo romano estaba destinado a carreras, espectáculos, y representaciones, que conmemoraban los acontecimientos del Imperio.
El circo romano es un recinto muy alargado con remates circulares en los extremos, teniendo globalmente una forma oval, más o menos alargada. En el centro, rodeada de gradas generalmente de piedra, estaba la arena (en latín hārēna), muy alargada y partida en dos por la espina (en latín spina), un muro bajo y aislado coronado de obeliscos, estatuas y otros ornamentos semejantes. La espina formaba sobre la arena dos calles por donde corrían las cuadrigas. En cada uno de los extremos de la espina había un pilar cónico denominado meta.
La afición al espectáculo de las carreras de cuadrigas alcanzó en Roma a muchos seguidores. El entusiasmo por los caballos, aurigas y facciones, entusiasmo que en ocasiones llegaba a producir reyertas, se transmitió a las provincias y de ahí la cantidad de testimonios que en todas partes salen a la luz en relación con este espectáculo.
Los circos no se han conservado muy bien, la mayoría de ellos se han fosilizado.
Los circos eran un espectáculo muy costoso y solo se lo permitían las grandes ciudades. Había una serie de empresas especializadas. Los aurigas también recibían el nombre de Agitatores. Había también equipos de aurigas diferenciados por el color. En la península se han conservado restos de mosaicos como el Mosaico de Marcianus y pinturas donde se alude a la doma de caballos y a las carreras de cuadrigas, como el mosaico del Palau barcelonés. Esos eran elementos que formaban parte de la decoración de la espina. Las cuatro cuadrigas que se ven en el mosaico del Palau barcelonés representan entre otras tantas facciones a la roja (russata), la blanca (albata), la azul (veneta) y la verde (prasina) fueron las que ocuparon bajo sus colores al público de los siglos del apogeo del imperio, hasta que las dos últimas absorbieron a las dos primeras. Los equipos estaban formados por muchas personas. Sin embargo, el aficionado solo veía la cuadriga con su auriga y sus auxiliares el iubilator (que animaba a los corredores) y el sparsor (que refrescaba a las bestias y los ejes).
Los circos se localizaban a las afueras de la ciudad, a excepción del de Tarraco, y en sitios llanos. Los más famosos son:
- Circo romano de Calahorra (La Rioja).
- Circo romano de Mérida (Badajoz).
- Circo romano de Sagunto (Valencia).
- Circo romano de Segóbriga (Cuenca).
- Circo romano de Tarraco (Tarragona).
- Circo romano de Toledo.
- Circo romano de Alhambra (Ciudad Real).
Las termas:
Las termas romanas eran recintos públicos destinados a baños típicos de la civilización romana. En las antiguas villas romanas los baños se llamaban Balmes o balneum y si eran públicos thermae o therma.
Eran baños públicos con estancias reservadas para actividades gimnásticas y lúdicas. También eran consideradas lugares de reunión y a ellos acudía la gente que no se le permitía tener uno en su casa, como los plebeyos o los esclavos. A veces los emperadores o los patricios concedían baños gratis para el resto de la población.
Los baños, tanto públicos como privados, han estado presentes en muchas de las civilizaciones a lo largo de la historia. Son numerosas las prácticas, religiosas y sociales, que desde la antigüedad se han venido teniendo como acto principal el baño, asociado este a la limpieza, tanto del cuerpo como del alma o espíritu, a la purificación.
Los comienzos fueron relativamente modestos: unos vestuarios para dejar la ropa (apodyterium), un patio en donde hacer ejercicio palaestra y tres habitaciones para el baño: una para el agua caliente (caldarium), otra para sudar y refrescarse (tepidarium) y otra pare el agua fría (frigidarium).
La función social, e incluso medicinal, de los baños y termas se ha mantenido durante toda la historia hasta nuestros días. En la civilización romana la institución de los baños, las termas, era fundamental en los servicios que los ciudadanos debían tener. Las termas públicas romanas respondían a una función social y política. Fueron lugares ideales para la conversación relajada, el recreo y la relación social, con todo lo que ello significaba. Se cuidaba el ambiente con una delicada decoración en donde no se escatimaban medios, llenando las estancias de maravillosos frescos, mosaicos y estatuas.
Algunas termas de Hispania cuyos restos arqueológicos han sido hallados son:
- Termas romanas de Bíbilis (Calatayud).
- Termas romanas de Cabeza de Alcalá (Teruel).
- Termas romanas de Caesaraugusta (Zaragoza).
- Termas romanas de Campo Valdés (Asturias).
- Termas romanas de Cartagena (Murcia).
- Termas romanas de Clunia Sulpicia (Burgos).
- Termas romanas de Itálica (Sevilla).
- Termas romanas de Las Bóvedas (Málaga).
- Termas romanas de San Baudilio (Barcelona).
- Termas de Segóbriga (Cuenca).
- Termas romanas de Torreblanca del Sol (Málaga).
Palacio de Maximiano Hercúleo:
El denominado palacio de Maximiano Hercúleo se localiza en el yacimiento arqueológico de Cercadilla en Córdoba. Las investigaciones más rigurosas y científicas han podido demostrar que se trata de un edificio construido por el emperador Maximiano en la época de la primera tetrarquía(entre los años 293 y 305), como consecuencia de la dispersión de los centros de poder del imperio romano, por un lado, y debido a las incursiones de piratería franca en la zona del estrecho de Gibraltar, por otro.
Este palacio tiene particularidades y paralelos en los Palacios de Diocleciano y Spalato. En época Carolingia van a tomar ciertos parecidos.
Fuera del perímetro amurallado de la ciudad, todo el conjunto se articula con una exedra porticada y un criptopórtico delimitado, de forma radial se articulan estancias que van desde lo público hasta lo privado. En el ámbito público estaría un Aula Imperial. Después un ámbito semipúblico (algo más alejado) donde se encontraría la sala de banquetes. Se aprecia una forma triconque (espacio centralizado que tiene tres ábsides). La parte más alejada de la exedra sería el ámbito privado, que tenía un acceso más intrincado. Su originalidad reside en la articulación de todo el conjunto alrededor de la exedra.
Los arcos:
Los arcos tenían un carácter triunfal y eran promovidos por el Estado a la voluntad de ciudadanos o promovido con dinero privado. Se conservan en Roma por iniciativa del emperador y en Hispania con nivel honorífico. Los arcos se colocaban en accesos de ciudades o vías de comunicación. Los arcos conmemorativos reciben tres nombres: arcos, fornia e ianus. Los de España son de tres tipos: el más sencillo tiene un vano, los normales tienen tres vanos y algunos solo tienen dos vanos. Los arcos también se encontraban en aquellas ciudades que eran capitales de provincia o muy importantes.
En Mérida se sabe que existían dos arcos, uno de Maximiano y otro de Trajano.
En Córdoba se han conservado partes como claves o restos epigráficos.
En Tarraco se han conservado uno en el foro, que conmemoraba las victorias de Augusto en España, y otro del que no se sabe nada. Fuera, en una de las vías, está el arco de Bará.
También destacan los arcos de Medinaceli en Soria, y el de Cáparra.
Villa rural romana:
La villa romana originalmente era una vivienda rural cuyas edificaciones formaban el centro de una propiedad agraria en la Roma Antigua. Se convirtieron en grandes residencias aristocráticas que combinaban funciones residenciales y productivas. Desde el punto de vista arquitectónico y artístico constituyen una de las modalidades más notables de edificación romana. Las villas romanas han adquirido una connotación simbólica en los estudios modernos, reflejo del simbolismo que las villas tenían en la mentalidad romana y con el que aparecen la literatura antigua.
Sus orígenes se remontan a las villas griegas del siglo V a. C. y aparecen un siglo más tarde en la zona del Latium (la región cuyo centro es la ciudad de Roma, en el centro-oeste de la península italiana). Estas propiedades podían consistir en pequeñas haciendas dependientes de trabajo familiar o por el contrario en grandes propiedades, explotadas con trabajadores esclavos o mediante el colonato (muy distintas relaciones de producción que históricamente convivieron, con predominio del modo de producción esclavista en la Antigüedad clásica hasta el predominio del modo de producción feudal -servidumbre- tras la transición del esclavismo al feudalismo -de la crisis del siglo III a la época carolingia del siglo VIII-).
Con la crisis de la República romana, en los siglos II y I a. C., se produce un crecimiento económico y la paulatina desaparición de los pequeños agricultores paralela a un significativo aumento de los latifundios. Esto repercute positivamente en las villas, cuya parte residencial pasa a ser cada vez más sofisticada y elegante constituyéndose en magníficas domus. Construidas frecuentemente en torno a un jardín, comenzaban a ser edificadas como casas de campo para los ricos, siendo cultivadas por arrendatarios y supervisadas por un villicus (administrador). La relación entre villas y ciudades romanas es plenamente característica de su civilización.
La mayoría de estas villas son abandonadas a finales del siglo II d. C. y las que perduran son transformadas de forma radical en la coyuntura secular de la crisis del siglo III. Sobre todo en Occidente, la relación entre villas y ciudades deviene totalmente distinta, ahora en un proceso de ruralización en que la aristocracia se desentiende del gobierno de las ciudades, que decaen con el aumento de la inseguridad y las cargas fiscales, y con la restricción del comercio. El propio concepto de ciudadanía romana deja de valorarse, precisamente tras haberse generalizado. Las villas se adaptaron a un reestructuramiento de la producción motivado por la concentración de tierras y la competencia con la producción africana. A partir del siglo IV muchas se transformaron en lugares de culto y algunas compaginaron ambas funciones, constituyéndose en un factor importante de la cristianización del mundo rural. En el valle del Guadalquivir perduran algunas villas hasta el siglo VII transformadas en iglesias cristianas. Las invasiones bárbaras, unidas a los cambios sociales, culturales y jurídicos (como los de las formas de propiedad) acabaron con las últimas villas al desaparecer tanto su forma arquitectónica como su forma característica de ocupación y explotación del espacio rural.
Algunas de las villas más famosas son:
- Villa romana de Almenara-Puras (Valladolid).
- Villa romana de Can Llauder (Barcelona).
- Villa romana de Centcelles (Tarragona).
- Villa romana La Tejada (Palencia).
- Villa romana de Torreáguila (Badajoz).
- Villa romana del Paturro (Murcia).
- Villa romana Els Munts (Tarragona).
- Villa romana en Los Villares (Soria).
- Villa romana La Olmeda (Palencia).
Yacimientos:
- De Acinipo Baetica (Málaga).
- De Arcobriga (Zaragoza).
- De Asturica Augusta (León).
- De Augustobriga o Talavera la Vieja (Cáceres).
- De Baelo Claudia (Cádiz).
- De Barcino (Barcelona).
- De Caesaraugusta (Zaragoza).
- De Carthago Nova (Murcia).
- De Caviclum (Málaga).
- De Clunia Sulpicia (Burgos).
- De Complutum (Madrid).
- De Conimbriga (Portugal).
- De Emerita Augusta (Murcia).
- De Ercávica Celtiberia (Cuenca).
- De Ilici (Alicante).
- De Iruña-Veleia (Álava).
- De Itálica (Sevilla).
- De Julia Victrix Lepida Celsa (Zaragoza).
- De Julióbriga (Cantabria).
- De Lucentum (Alicante).
- De Munigua (Sevilla).
- De Numancia (Soria).
- De Ocurris (Cádiz).
- De Pollentia (Mallorca).
- De Segóbriga (Cuenca).
- De Sisapo (Ciudad Real).
- De Tarraco Triumphalis (Tarragona).
- De Uxama Argaela (Soria).
- De Valentía Edetanorum (Valencia).
- De Valeria (Cuenca).
- De Vareia (La Rioja).
Otras construcciones romanas aún visibles:
- Arco de Trajano (Badajoz).
- Arco del Cristo (Cáceres).
- Calzada romana del valle del Besaya (Cantabria).
- Campamento de legión romana (Cáceres).
- Campamento de Petavonium (Zamora).
- Casa de Hippolytus (Madrid).
- Casa romana del Palmeral de Portus Ilicitanus (Alicante).
- Complejo piscícola de Iulia Traducta (Cádiz).
- Complejo piscícola de Los Baños de la reina (Alicante).
- Construcción funeraria: dístilo (Badajoz).
- Construcción funeraria: Mausoleo de los Atilios (Zaragoza).
- Construcción funeraria: Mausoleo romano de Lucio Emilio Lupo (Zaragoza).
- Construcción funeraria: Mausoleo romano de Punta del Moral (Huelva).
- Construcción funeraria: Mausoleo romano (Córdoba).
- Construcción funeraria: Torre de los Escipiones (Tarragona).
- Faro Torre de Hércules (La Coruña).
- Muralla de Astorga (León).
- Muralla (Tarragona).
- Muralla romana (Lugo).
- Muralla romana (Zaragoza).
- Murallas romanas (León).
- Necrópolis romana (Sevilla).
- Palacio Imperial de Maximiano (Córdoba).
- Puente romano de Alcántara (Cáceres).
- Puente romano del Bilbey (Orense).
- Puente romano de Chaves (Portugal).
- Puente romano (Córdoba).
- Puente romano (Badajoz).
- Puente romano (Salamanca).
- Puerto fluvial (Zaragoza).
- Yacimiento arqueológico de Cercadilla (Córdoba).
Anexos: Teatros romanos
- Teatro romano de Acipinio (Málaga).
- Teatro romano (Barcelona).
- Teatro romano de Baelo Claudia (Cádiz).
- Teatro romano (Cádiz).
- Teatro romano (Zaragoza).
- Teatro romano (Murcia).
- Teatro romano de Carteia (Cádiz).
- Teatro romano de Clunia (Burgos).
- Teatro romano (Córdoba).
- Teatro romano de Itálica (Sevilla).
- Teatro romano (Málaga).
- Teatro romano de Medellín (Badajoz).
- Teatro romano de Pollentia (Islas Baleares)
- Teatro romano de Regina (Badajoz).
- Teatro romano de Sagunto (Valencia).
- Teatro romano de Segóbriga (Cuenca).
- Teatro romano (Tarragona).
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